EE UU libera en Reino Unido a un prisionero de Guantánamo
Binyam Mohamed acusa de torturas a Londres y Washington
Binyam Mohamed, un preso de Guantánamo que ha acusado a EE UU y a Reino Unido de reiteradas torturas, llegó ayer a Londres tras ser liberado horas antes del campo de detención de Guantánamo. Aunque nacido en Etiopía, Mohamed residía legalmente en Reino Unido desde 1994 hasta que fue arrestado a instancias de Estados Unidos en Pakistán en 2002 y trasladado a Marruecos, donde estuvo detenido 18 meses hasta que fue enviado a Guantánamo en 2004.
Estados Unidos le acusó en mayo de 2008 de terrorismo y crímenes de guerra, pero en agosto de ese año, Mohamed ganó una apelación ante el Tribunal Superior para obligar a Reino Unido a hacer públicos informes secretos que, en su opinión, demostraban que las acusaciones contra él habían sido obtenidas bajo tortura y con la colaboración del MI5, una de las agencias de espionaje británicas.
"Fui secuestrado, arrastrado y torturado como en la época medieval"
Washington retiró en octubre las acusaciones contra Mohamed, pero bloqueó la publicación de aquellos informes secretos alegando ante los jueces británicos que su revelación podría dañar seriamente las relaciones de seguridad con Reino Unido. Los tribunales dictaminaron el 4 de febrero que los documentos se mantuvieran en secreto a pesar de que reconocían que éstos contenían "poderosas evidencias".
Días después, el diario The Guardian reveló que esa petición fue en realidad una iniciativa del Foreign Office, se entiende que con la intención de encubrir el hecho de que el Gobierno de Su Majestad había participado en la obtención de confesiones bajo tortura, lo que iría contra las leyes británicas.
Binyam Mohamed, que tiene ahora 30 años, llegó ayer pasada la una de la tarde a una base militar en las afueras de Londres con aspecto enfermizo después de pasar varios días en huelga de hambre para conseguir su libertad. Fue detenido por la policía, pero no arrestado formalmente; cuatro horas después fue puesto en libertad, según sus abogados. En una declaración emitida en su nombre por los letrados, explica que no está "en condiciones físicas ni mentales de afrontar a los medios de comunicación".
"Antes de este calvario, tortura era una palabra abstracta para mí. Nunca hubiera imaginado que podría ser su víctima. Aún hoy es difícil comprender que fui secuestrado, arrastrado de un país a otro y torturado como en la época medieval, y todo ello orquestado por Estados Unidos", dice el texto. "El peor momento llegó cuando me di cuenta en Marruecos de que la gente que me torturaba estaba recibiendo preguntas y materiales de la inteligencia británica. (...) Se habían aliado con quienes abusaban de mí", denuncia el texto. Y recuerda que quedan "241 musulmanes presos en Guantánamo" y "miles de presos por orden de Estados Unidos por todo el mundo, sin cargos y sin poder ver a sus familias".
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