EE UU anuncia un plan para derrotar a los 'narcos' mexicanos
Washington aumenta la seguridad con360 personas y más de 500 millones
El Gobierno de Estados Unidos anunció ayer un plan para reforzar la seguridad en su frontera con México que incluye la movilización de agentes federales, ayudas económicas y esfuerzos coordinados con las autoridades del país vecino para luchar contra las bandas de narcotraficantes. El proyecto no incluye, por ahora, el despliegue de fuerzas militares en la región fronteriza.
Este plan, aun siendo la prueba de la preocupación creciente en Estados Unidos por el deterioro de la situación en México, parece todavía lejos de los esfuerzos que tanto el Gobierno mexicano como las autoridades locales en la frontera han reclamado para atajar un estado de violencia que se ha cobrado cerca de 7.000 vidas desde enero de 2008.
Obama está preocupado por la violencia en Ciudad Juárez y Tijuana
Tejas ha solicitado el envío de 1.000 soldados para patrullar la frontera
"El presidente está preocupado por el aumento del nivel de violencia, particularmente en Ciudad Juárez y Tijuana, así como por el impacto que eso está teniendo en distintas comunidades a ambos lados de la frontera", manifestó ayer la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, al presentar esta iniciativa. "El presidente está comprometido a asegurar nuestras fronteras y hacer lo que tenga que hacer para reducir el flujo ilegal en ambas direcciones", añadió.
Napolitano anunció un considerable refuerzo -360 personas en total- de todas las agencias de seguridad que actúan en la frontera, desde la Drug Enforcement Administration (DEA) hasta el FBI, así como la puesta en marcha de reformas tecnológicas que permitan controlar con mayor facilidad el intenso tráfico entre los dos países, por donde se cuelan armas en dirección a México y drogas en sentido contrario.
El plan destina 700 millones de dólares (unos 513 millones de euros) -ya aprobados por el Congreso- para la mejora de los sistemas de intercambio de información entre los responsables de seguridad de ambos países y permite la entrega de dos helicópteros a la policía mexicana para ayudarle a cumplir su trabajo.
Varios de estos proyectos son ampliaciones o continuación del acuerdo de seguridad que firmó en 2007 el presidente George Bush con el presidente mexicano, Felipe Calderón, y que se conoce como el plan Mérida, como es el caso de los programas para coordinar el trabajo y el trasvase de información entre los dos países.
Otros intentan resolver los problemas de los que se quejan insistentemente los afectados por la violencia fronteriza y sobre los que se ha hecho muy poco hasta ahora, como es el de la falta de control de los vehículos que entran en México. Los carteles de las drogas compran la mayor parte de sus armas en territorio estadounidense y, frecuentemente, las trasladan impunemente hasta sus bases en el maletero de sus coches.
"Este plan está guiado por dos claros objetivos", explicó ayer Napolitano. "Primero, vamos a hacer todo lo posible para que la violencia en México no se extienda al otro lado de la frontera. Segundo, vamos a hacer todo lo posible para ayudar al presidente Calderón a derrotar a los carteles de las drogas".
Con ese mensaje viajará hoy a México la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que será sucedida por Napolitano la próxima semana y por el propio presidente Barack Obama el 16 y el 17 de abril, en camino hacia la cumbre americana de Trinidad y Tobago.
Estados Unidos quiere dejarle claro a México que asume el problema del narcotráfico como propio y que se involucrará de forma permanente en la búsqueda de una solución. "Nuestro objetivo no es otro que el de derrotar a esas organizaciones criminales", aseguró ayer el fiscal general adjunto, David Ogden, que participó en la presentación del plan.
Washington va a necesitar, no obstante, algo más que palabras para convencer a los mexicanos y a los Estados afectados en la frontera. El gobernador republicano de Tejas, Rick Perry, ha solicitado a Napolitano el envío de 1.000 soldados para patrullar la frontera. Obama ha descartado por ahora la implicación del Ejército en esta labor, pero no se opone al uso de la Guardia Nacional, en última instancia tropas tan preparadas y experimentadas como las del Ejército. Napolitano va a discutir en los próximos días esta posibilidad, tanto en Tejas como en México.
Esta crisis, que ha tardado en merecer la atención necesaria de parte de una Administración muy ocupada en diferentes problemas, ha sido aprovechada dentro de Estados Unidos para lanzar una fuerte ola xenófoba por parte de grupos de extrema derecha que representan una amenaza, no sólo para la relación entre ambos países, sino para el progreso de los millones de mexicanos residentes legales en este país.
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