Disturbios en Milán tras el asesinato de un joven egipcio
La Liga del Norte promete mano dura: "Los expulsaremos casa por casa"
Vía Padova, un barrio multiétnico de la periferia de Milán situado en las cercanías de plaza Loreto, el lugar donde se expuso el cadáver de Benito Mussolini en abril de 1945, se convirtió en la noche del sábado en el escenario de una batalla urbana. El detonante fue el asesinato de un inmigrante egipcio de 19 años, acuchillado durante una reyerta, dijeron las autoridades, por un grupo de latinoamericanos aun no identificado. Los norteafricanos, que forman el colectivo más numeroso del barrio, respondieron volcando coches e incendiando mobiliario urbano durante varias horas. La policía detuvo a 39 magrebíes por la guerrilla, cuatro de las cuales quedaron bajo arresto.
Mientras las fuerzas del orden buscan a los autores del homicidio, la revuelta encendía otra vez la polémica política sobre la inmigración. Mientras la Liga del Norte, que gobierna el país y el ayuntamiento de Milán en coalición con el Pueblo de la Libertad, prometía "controles y expulsiones casa por casa, piso por piso" en los barrios de inmigrantes de la ciudad, Maurizio Gasparri, portavoz de los senadores del PDL, arremetió contra "los ingenuos de izquierda que lanzan elogios demagógicos a la integración".
El Gobierno, aseguró Gasparri, "continuará en su línea de firmeza, y no tolerará guerras étnicas". "Quitaremos la residencia y expulsaremos de inmediato a los violentos, hacen falta medidas drásticas, coherentes con las normas aprobadas por el centro derecha. Aplicaremos la tolerancia cero a quienes destruyan nuestras ciudades".
Usando el tono usual en la mayoría de Gobierno, que tiende a equiparar inmigración y criminalidad, Gasparri afirmó que "la violencia racista no es compatible con las reglas italianas de la democracia, la legalidad y la tolerancia", y alabó la devolución de inmigrantes en alta mar puesta en práctica por Interior en julio pasado tras la firma del pacto secreto con Libia. Según ACNUR y otras organizaciones de derechos humanos, esa política es ilegal porque viola las normativas internacionales sobre el derecho de asilo.
Menos evasivo que otras veces, el líder del Partido Democrático, Pierluigi Bersani, aseguró que los "gravísimos disturbios demuestran que la política de seguridad del Gobierno ha fracasado", y acusó al Ejecutivo de tratar la inmigración como mero asunto electoral: "Prefieren cabalgar y cultivar los problemas de los inmigrantes para obtener votos antes que afrontarlos con seriedad y resolverlos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.