Demócratas y republicanos evitan el cierre del Gobierno de EE UU
Los dos partidos alcanzan un acuerdo de última hora que salva de la parálisis la mayoría de servicios públicos no esenciales. -Obama califica las cuentas de "el mayor recorte presupuestario anual de la historia"
A una hora de que se cumpliera el plazo, demócratas y republicanos llegaron finalmente a un acuerdo que ha evitado el que hubiera sido el primer cierre del Gobierno norteamericano desde 1995, algo que hubiera obligado a paralizar la mayoría de servicios públicos no esenciales y a suspender de trabajo y sueldo a unos 800.000 funcionarios. Después de dos días de intensas negociaciones, el presidente Barack Obama ha comparecido en la Casa Blanca para anunciar lo que ha calificado de "acuerdo para acometer el mayor recorte presupuestario anual de la historia".
Obama ha comparecido en la Casa Blanca, ante el monumento a Washington, recordando que, de haberse producido el cierre del Gobierno, a esa hora estaría cerrado, como muchos de los servicios públicos estadounidenses. "Hemos acordado someter el presupuesto al mayor recorte anual de la historia", dijo el presidente. "Serán recortes dolorosos. Habrá reducciones en diversos programas en los que la ciudadanía confía. Proyectos de infraestructuras que son necesarios se verán ralentizados. Son recortes que yo no habría cometido en circunstancias mejores. Pero es necesario que vivamos dentro de nuestras posibilidades en beneficio de la competitividad americana en asuntos como el empleo y la educación".
Los líderes del Congreso pactaron esta madrugada una ley de financiación a corto plazo que mantendrá el Gobierno en funcionamiento hasta el jueves. De aquí a ese día, deberán votar el presupuesto definitivo de 2011, que incluye unos recortes de 38.500 millones de dólares respecto al presupuesto que había planteado Obama en principio, según un comunicado emitido por los líderes demócratas y republicanos del Congreso. "Me he asegurado de que este debate haya sido finalmente sobre el recorte del gasto y no sobre asuntos sociales como la salud de las mujeres o la protección al agua y al medioambiente", añadió el presidente.
Después de dos días de intensa negociación, la Casa Blanca y los líderes demócratas en el Congreso habían acusado el jueves a los republicanos de bloquear la negociación con sus exigencias de eliminar la financiación estatal de la planificación familiar y algunos supuestos de aborto. "Esto es una guerra contra las mujeres", había dicho el viernes la líder de la minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi. "Deberían sentirse avergonzados", había añadido el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
El tono cambió al acercarse la medianoche. "Hemos llegado finalmente a un acuerdo para recortar el gasto", explicó a las 11 [cinco de la madrugada en la España peninsular] desde el Capitolio el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner. Desde enero, y tras las elecciones de noviembre, los conservadores controlan esa cámara del Congreso, mientras los demócratas mantienen la supremacía en el Senado. "Hemos discutido mucho sobre este asunto, hemos seguido luchando para evitar el cierre del Gobierno y facilitar la creación de empleos en este país", añadió Boehner. Finalmente, los recortes que asumieron no afectarán a los programas de planificación familiar o políticas medioambientales.
El líder demócrata en el Senado, Harry Reid, presentó la ley de financiación temporal momentos después. En el hemiciclo explicó: "No hemos tardado tanto en llegar a un acuerdo para generar dramatismo. Ha sido una dura negociación, con decisiones duras. Y de eso se trata en este asunto, de tomar decisiones duras. Hemos logrado un acuerdo histórico". El Senado aprobó entonces la medida de financiación temporal, previa a la votación del presupuesto de 2011.
Hacia la medianoche [seis de la madrugada en la España peninsular] los casi dos millones de funcionarios que trabajan para el Gobierno federal -sin contar al Ejército- se preparaban ya para los efectos de un cierre. De haber sucedido, hubiera sido el segundo desde 1995, cuando los republicanos se negaron a llegar a un acuerdo presupuestario con el entonces presidente Bill Clinton. Según las encuestas, aquel incidente acabó beneficiando a Clinton, que ganó las elecciones presidenciales el año siguiente.
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