Los barcos atrapados empiezan a liberarse del hielo del Báltico
Decenas de naves vuelven a navegar entre Estocolmo y las islas Aland.- La falta de precaución de los capitanes sorprende a las embarcaciones con bloques de hielo de 14 metros
Alrededor de unos 50 barcos se han visto atrapados entre bloques de hielo durante la jornada de ayer y hoy en el mar Báltico, aunque la gran mayoría han quedado liberados en las últimas horas. Al menos 26 embarcaciones han recibido ya la ayuda de los barcos rompehielos y han empezado a navegar.
Las autoridades marítimas estiman, sin embargo, que la liberación de todas naves tardará unos días porque los barcos más pequeños representan una dificultad mayor para ser rescatados. Entre las naves, había seis ferries atrapados con unos 3.500 pasajeros a bordo, pero cuatro de ellos, los más grandes y preparados para este tipo de situaciones, han podido salir del hielo. Entre ellos, el Isabella, de la naviera Viking Line, que acaba de regresar a Estocolmo por sus propios medios con 1.200 pasajeros a bordo.
El crudo invierno polar sorprendió a los avezados pilotos nórdicos. La Autoridad Marítima de Suecia asegura que advirtió de las dificultades a los jefes de mando de las embarcaciones. Las naves fueron sorprendidas a la salida del estrecho de Bothnia, en la ruta entre Estocolmo y las Islas Aland, en Finlandia.
La situación se tornó dramática cuando el ferry Amorella, con 800 pasajeros a bordo, impulsado por los grandes bloques de hielo, colisionó con el transbordador Finnfelow de la naviera Finnlines. Amorella pertenece a la naviera Viking Line, la misma que canceló, hace un mes, la compra de un buque destinado a esta misma ruta a Astilleros de Sevilla.
Según Tuomas Nylund, director de comunicaciones de Viking Line, la información de la Autoridad Marítima Sueca, llegó tarde, cuando las naves ya se encontraban en ruta. "Además ante la emergencia sólo había dos pequeños rompehielos, con menos caballos de fuerza que varios de las embarcaciones atrapadas", asegura Nylund.
La situación en el Báltico ha sido la más complicada en los últimos 15 años y ha puesto a prueba a las navieras que cubren las rutas donde se mueven a diario miles de personas y cuantiosa carga.
Según las autoridades marítimas suecas la capa de hielo es de cuatro metros sobre el nivel de mar, mientras que bajo la superficie de diez metros. Bloques de hielo de esa magnitud, impulsados por el viento norte, recubrieron las rutas abiertas con anterioridad impactando en las embarcaciones. El cambio de viento ha mejorado la situación y algunos barcos se han desprendido de las garras del hielo.
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