Condena a muerte en Nigeria contra la periodista que escribió sobre Miss Mundo
"Al igual que la de Salman Rushdie, la sangre de Isioma debe ser derramada", dice la 'fatwa'
El Estado nigeriano de Zamfara, en el norte del país y habitado por una mayoría musulmana, ha pronunciado una fatwa -decreto religioso de obligado cumplimiento para los musulmanes- contra la periodista que cubrió el fallido concurso de Miss Mundo, según informó ayer la radio. Isioma Daniel, escritora de reportajes sociales y de moda en el periódico This Day, es autora del artículo que motivó las revueltas religiosas en la ciudad de Kaduna, en el Estado de Kano (norte de Nigeria), que causaron la muerte de más de 200 personas y dejaron heridas a más de mil.
Isioma Daniel habría abandonado el país después de haber constatado la violencia de las reacciones que sus escritos han provocado, según declaró ayer un responsable del diario para el que trabajaba. "Puedo confirmar que ha abandonado Nigeria", declaró una fuente del periódico que quiso permanecer en el anonimato.
El Gobernador de Zamfara, Mamuda Aliyu Shinkafi, dijo ayer a los líderes religiosos de ese Estado: "Al igual que la de Salman Rushdie, la sangre de Isioma Daniel debe ser derramada". El discurso del gobernador fue difundido por la radio local de Zamfara, que fue el primer Estado nigeriano en introducir la ley islámica o sharía. "Es una obligación para todos los musulmanes, en cualquier lugar del mundo en el que se encuentren, considerar el asesinato de esta escritora como un deber religioso", proclamó Shinkafi. En 1989, el líder espiritual iraní, ayatolá Jomeini, dictó una fatwa contra el autor de origen indio Salman Rushdie al acusarle de blasfemo por su novela Los versos satánicos. El Gobierno iraní le levantó la condena en septiembre de 1998. Sin embargo, el clero conservador iraní reafirmó en febrero de 2001 la vigencia de la fatwa.
El Gobierno federal nigeriano anuló ayer la fatwa contra Daniel. En Nigeria existe una lucha política desde 1999 entre los Estados del Norte (de población mayoritariamente musulmana) y los del Sur (de mayoría cristiana). La sharía existe en 12 de los 36 Estados nigerianos, en contradicción en muchas ocasiones con la legislación federal. Bajo la ley islámica, varias personas han sido condenadas a muerte mediante la lapidación y otras más a la amputación de una mano. No se ha ejecutado aún ninguna sentencia de muerte, pero el caso de Amina Lawal, una mujer de 31 años que ha sido condenada a ser lapidada en enero de 2004 por haber concebido un hijo después de divorciarse, suscitó las protestas a nivel mundial. Lawal era condenada al tiempo que otra nigeriana, Safiya Hussaini, se libraba de la lapidación después de que un tribunal islámico del Estado de Sokoto revocara su sentencia debido a la enorme presión que la comunidad internacional ejerció sobre su caso. El pasado 18 de marzo, el ministro nigeriano de Justicia, Kanu Agabi, advirtió a los gobernadores de esos Estados que la estricta aplicación de la ley islámica es ilegal y contraria a la Constitución del país. Hasta hace tres años, y desde comienzos del siglo XVIII, la sharía se aplicaba exclusivamente con carácter civil, pero 12 Estados del Norte, de mayoría musulmana, la convirtieron en sendos códigos penales, precisamente con la llegada al poder de un civil, el todavía presidente Olusegun Obasanjo, quien proclamó la Constitución de 1999. Una Carta Magna que, por un lado, defiende los derechos humanos, pero, por otro, deja la puerta abierta a unas libertades que los gobernadores utilizan para legislar a su antojo
En el artículo de Daniel, acusado de blasfemo por las comunidades religiosas musulmanas, la periodista decía que si el profeta Mahoma estuviera vivo no se habría opuesto a la celebración en Nigeria del concurso y, por el contrario, habría elegido a una de sus participantes como esposa. Esa aseveración enardeció a los militantes islámicos que arrasaron las instalaciones del rotativo, además de atacar a varias comunidades cristianas. Los incidentes de Kaduna forzaron a los organizadores del certamen de belleza a cancelarlo y a trasladarlo al Reino Unido, adonde viajaron las aspirantes al título mundial tras iniciarse las revueltas.
Los acontecimientos que han rodeado la celebración de Miss Mundo en Nigeria han creado una situación muy difícil para el Gobierno del presidente Olesegun Obasanjo, comprometido con mostrar al mundo que a pesar de las presiones de los fundamentalistas islámicos el concurso tendría lugar "con toda normalidad y sin interferencias étnicas y religiosas". La celebración del concurso estuvo a punto de cancelarse antes de su inicio debido a la sentencia de muerte por lapidación que pesa contra Amina Lawal.
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