China hace un primer gesto para reconocer a las víctimas de Tiananmen
Pekín ofrece compensaciones económicas a las familias, pero no se disculpa
El Gobierno chino ha dado un paso sorpresivo y ha comenzado a ofrecer de forma discreta compensaciones a las familias de las víctimas de la matanza de Tiananmen (1989), aunque no ha presentado disculpas, según aseguró ayer la organización Madres de Tiananmen, que agrupa a familiares de los fallecidos en la represión de las manifestaciones a favor de la democracia registradas en Pekín en la primavera de 1989.
La policía se ha reunido dos veces con parientes de una de las víctimas -de la cual no ha trascendido el nombre-, la primera en febrero, según señala una carta firmada por 127 miembros de este grupo, que ha documentado la muerte de 203 personas durante la intervención del Ejército Popular de Liberación en la noche del 3 al 4 de junio de hará el sábado que viene 22 años. El Gobierno no ha dado nunca el balance oficial de víctimas, pero las estimaciones de familiares y organizaciones de derechos humanos cifran el número de muertos entre varios cientos y varios miles.
La oferta llega en medio de la más dura campaña de represión desde 1989
"Los visitantes no dijeron nada de comunicar la verdad al pueblo, emprender investigaciones judiciales o dar explicaciones sobre el caso de cada una de las víctimas. Tan solo plantearon la cuestión de cuánto pagar", afirman las madres en la carta. "Enfatizaron que se trataba de una oferta para ese caso individual y no para las familias en el grupo en su conjunto".
La agrupación asegura que los agentes del departamento de seguridad pública no abordaron dos cuestiones claves para los afectados: una disculpa formal por parte del Gobierno por las muertes y una declaración pública de quien ordenó disparar para poner fin a las seis semanas de protestas.
El veredicto oficial emitido por las autoridades tildó las revueltas de "rebelión contrarrevolucionaria". El calificativo ha sido suavizado en los últimos años, pero las manifestaciones de Tiananmen siguen siendo un tabú en China, donde un número indeterminado de personas que participaron en ellas continúan en prisión. Quienes insisten en recordar el tema son encarcelados, acosados por la policía o sometidos a detención domiciliaria.
Las Madres de Tiananmen afirman que llevan 16 años pidiendo diálogo al Gobierno, pero que han sido ignoradas hasta este año, lo que podría indicar un cambio de actitud de las autoridades hacia uno de los fantasmas del pasado reciente chino.
La organización resalta que el paso dado por Pekín se produce en medio de la más dura campaña de represión llevada a cabo contra disidentes, activistas, abogados de los derechos humanos y artistas desde Tiananmen. Centenares han sido detenidos, interrogados o se encuentran sometidos a vigilancia policial desde febrero, debido al gran nerviosismo que ha provocado en el Partido Comunista Chino (PCCh) la posibilidad de un contagio de las revoluciones populares que barren el mundo árabe.
Las Madres de Tiananmen instan en su carta al Gobierno a abrir un diálogo directo con ellas, en lugar de hablar sobre compensaciones a través de intermediarios policiales, y a poner fin al acoso del que son objeto muchos de sus miembros desde hace más de 20 años.
¿Por qué ha dado este paso ahora Pekín? Por un lado, puede tratarse de una iniciativa reconciliadora sin aceptar, al mismo tiempo, la posibilidad de haber cometido un error al reprimir de forma violenta las protestas de 1989, ya que esto cuestionaría el discurso oficial mantenido hasta ahora y el papel de algunos antiguos líderes comunistas aún vivos.
De tener éxito la medida, podría servir para desactivar uno de los varios frentes de oposición al PCCh en este entorno de levantamientos en el mundo. "El Gobierno teme que la situación en Oriente Próximo y el Norte de África se extienda a China continental, y está preocupado ante la posibilidad de que generen acontecimientos similares al Movimiento por la Democracia de 1989", aseguran las Madres de Tiananmen.
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