El Asad castiga la ciudad rebelde de Homs
El Ejército leal al régimen sirio bombardea la capital de la insurrección coincidiendo con la llegada de los primeros observadores de la Liga Árabe
"No tenemos ni agua, ni luz, ni gasolina". "Hay 25 cadáveres sin recoger". "Estamos siendo bombardeados". "No hay leche para nuestros niños". "¡Que Alá castigue a Bachar [el Asad, presidente de Siria]!". "¡Que mueran sus hijos para que sienta lo mismo que nosotras!". Las mujeres, la mayoría con la cara tapada para evitar ser reconocidas, se suceden ante la cámara del teléfono móvil para denunciar la situación en Bab Amro, el barrio más castigado de Homs, la ciudad más castigada de Siria.
En otros vídeos divulgados en las últimas horas por los rebeldes de Homs, la tercera ciudad del país, con 823.000 habitantes, se muestra el ir y venir de los carros de combate que disparan contra edificios. Sus víctimas, todas ellas varones, aparecen después en las imágenes rodadas en una callejuela de Bab Amro sobre la que ha caído un proyectil.
Coincidiendo con la llegada de los observadores de la Liga Árabe a Siria, el Ejército leal al presidente Bachar el Asad ha lanzado una ofensiva sobre los barrios rebeldes de Homs, empezando por el de Bab Amro, bombardeado desde el viernes pasado. "Los disparos de proyectiles y de ametralladoras pesadas contra Bab Amro han causado, hasta ayer por la mañana, al menos 14 muertos", señalaba desde Londres el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Por la tarde los muertos ya superaban los 20.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), que reagrupa al grueso de las corrientes de oposición, lleva desde el domingo pidiendo a la misión de la Liga Árabe que viaje de inmediato a Homs, situada tan solo a 160 kilómetros al norte de Damasco. Según el CNS, unos 4.000 soldados cercaban ese barrio, que asaltarán tras el prolongado bombardeo.
Por ahora Bab Amro y otras barriadas están en manos de la rebelión. Los intenta proteger el llamado Ejército Libre de Siria, compuesto por desertores, soldados o suboficiales de confesión suní. Homs tiene, junto con Hama, una larga tradición de insurrección contra el régimen sirio.
El Gobierno francés se sumó a la petición del CNS. "(...) Las autoridades de Damasco deben permitir imperativamente el acceso (...) de los observadores a Homs", declaró el portavoz de la diplomacia francesa, Bernard Valero. Algunas fuentes de la delegación de la Liga Árabe indicaron que se desplazarían hoy a esa ciudad.
El general sudanés que manda la misión de la Liga, Mustafa Dabi, no se comprometió a viajar a Homs en una fecha concreta. Él llegó el sábado a Damasco y el grueso de sus subordinados -medio centenar de observadores militares y civiles- lo hará hoy. "Estamos en Damasco ahora, hemos empezado nuestra misión y nos vamos a dirigir a otras ciudades antes de lo que se cree", declaró en una entrevista con la agencia Reuters. "Nuestros hermanos sirios están cooperando muy bien y sin poner por ahora restricciones", recalcó.
La oposición sospecha, sin embargo, que el régimen está tendiendo trampas a los observadores. En la provincia de Idlib, en el norte del país, las fuerzas de seguridad están cambiando las señales de tráfico para inducirles a error, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Miles de presos han sido sacados de las cárceles y trasladados a cuarteles militares, donde los observadores no pueden entrar, y, en algunos casos, liberados, según otras fuentes de la oposición.
Algunas familias sirias tienen la intención de acercarse a los observadores para entregarles listas con nombres de desaparecidos. Desde que en marzo empezaron las protestas en Siria, la ONU ha contabilizado 5.000 muertos, a los que hay que añadir unos 15.000 desaparecidos. Se cree que muchos de ellos están encarcelados, pero otros habrían sido asesinados a sangre fría.
Damasco aceptó el 2 de noviembre el plan de la Liga Árabe para Siria que prevé el fin de la violencia, la liberación de los presos, la retirada del Ejército de las ciudades y la libre circulación dentro del país de la prensa y los observadores árabes. Desde que dio luz verde a esa propuesta, ha acentuado la represión.
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