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Argentina descubre la corrupción de la época de De la Rúa

El ex presidente y los servicios de espionaje, implicados en sobornos a senadores

Cinco millones de dólares procedentes de los servicios de inteligencia argentinos sirvieron para sobornar a senadores peronistas y radicales para que votaran a favor de la reforma laboral del ex presidente Fernando de la Rúa en abril de 2000. El caso, archivado entonces por falta de pruebas, revivió ayer tras las explosivas declaraciones del secretario del Senado en aquel entonces, Mario Pontaquarto, en las que afirma haber hecho los pagos personalmente. El ex presidente De la Rúa ha negado las acusaciones.

En una entrevista para la revista TXT, Pontaquarto relató con todo detalle cómo se realizó aquel soborno masivo que supuso el principio del fin de la credibilidad del Gobierno de De la Rúa. La periodista le pregunta cómo está tan seguro de que se pagaron los sobornos y el ex secretario del presidente del Senado responde: "Porque los pagué yo". El sábado ratificó su relato ante un juez. La familia de Pontaquarto ha salido del país y él tiene protección policial.

El dinero salió de la bóveda de los servicios de inteligencia de Argentina (SIDE) la noche del 18 de abril de 2000. Eran cinco millones de pesos (dólares) en fajos de 10.000, repartidos en dos maletines negros y una caja cerrada con cinta adhesiva. Se repartieron en la casa de un "honorable" senador entre una lista de "respetables" senadores peronistas y radicales, a cambio de que votaran a favor de la polémica reforma de la ley laboral con la que el Gobierno de De la Rúa pretendía flexibilizar el mercado de trabajo.

La trama de corrupción implica a los poderes ejecutivo y legislativo y al aparato de inteligencia cuando se cumplen dos años de aquel diciembre negro que conmovió Argentina y concluyó con la caída del Gobierno de De la Rúa. El juez ha prohibido la salida del país del ex presidente De la Rúa, del ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y del ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes.

En aquellos días, los sindicatos habían tomado la calle para protestar contra el proyecto de reforma, que tenía que ser votado en el Senado controlado por la oposición peronista. El líder sindical Hugo Moyano acusó al ministro Flamarique de tener todo dispuesto para conseguir los votos necesarios en la Cámara alta. Y así fue. El 26 de abril de 2000, el Senado aprobó la controvertida ley bajo la sospecha generalizada de que no había sido una votación limpia.

Las declaraciones de Pontaquarto asestan un duro golpe a la impunidad vigente en Argentina y reactivarán una causa penal que dormía el sueño de los justos. Después de confesar que la SIDE puso el dinero para los sobornos y que él lo distribuyó -"estoy aceptando que pagué el dinero de los sobornos", ha declarado el antiguo secretario del Senado-, el testigo ha relatado con detalle que el soborno se decidió en la Casa Rosada, en una reunión de De la Rúa con un grupo de senadores. "Arréglenlo con Santibañes ", dijo el presidente cuando uno de los asistentes le preguntó cómo se pagaría un posible voto favorable al Gobierno.

Pontaquarto detalló cómo se hizo el reparto del dinero en casa de un senador. Éste entregó una lista de senadores con la cantidad que cada uno tenía que recibir, 50.000, 100.000, 200.000 y hasta 300.000 dólares. El testigo relata asimismo una cena en la que llegó a hablarse groseramente del reparto de "la guita" (dinero en jerga argentina) y en la que no faltaron las discusiones y quejas de quienes se consideraban mal retribuidos. El reparto, fajo a fajo, recordaba las peores escenas de corrupción del Perú de Fujimori y su jefe de inteligencia, Vladimiro Montesinos, que solía grabar en vídeo las escenas en las que entregaba dinero en efectivo a los corrompidos.

Varios de los acusados como el ex presidente De la Rúa y el gobernador Gioja se han apresurado a negar todo lo declarado por Pontaquarto. El antiguo mandatario insinuó que se trata de una operación política del actual Gobierno -"hay que ver quién se beneficia con todo esto", se preguntó-, y se negó a poner "las manos en el fuego" por el ex jefe de la SIDE y amigo personal Fernando de Santibañes.

Sin embargo, su vicepresidente de entonces, Chacho Álvarez, retirado de la política, ratifica toda la historia. "Es meritorio", declaró, "que un tipo como él se haya quebrado y haya decidido contar cómo funcionaba lo peor de la Argentina".

El ex secretario del Senado argentino Mario Pontaquarto.
El ex secretario del Senado argentino Mario Pontaquarto.EFE

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