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Catástrofe en el Pacífico

Alemania cierra temporalmente sus siete plantas atómicas más antiguas

El comisario de Energía de la UE califica de "apocalipsis" la situación en Japón

La canciller Angela Merkel anunció ayer que cerrará "temporalmente" las siete centrales nucleares que aún siguen en uso desde antes de 1980. También permanecerá fuera de servicio la planta atómica de Krümmel, apagada por una avería. Alemania desconecta así ocho de sus 17 centrales. La duración de la medida coincide con la moratoria de tres meses sobre la prolongación de la vida útil de los reactores que Merkel anunció el lunes.

A finales de 2010, el actual Ejecutivo democristiano-liberal amplió la vida útil de las centrales alemanas durante una media de 12 años respecto al "apagón nuclear" aprobado en 2002. Aquel año, la coalición de socialdemócratas y verdes que gobernaba entonces en Alemania impuso a las compañías eléctricas el cierre de todas las plantas nucleares antes de 2022.

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El Gobierno de Merkel anunció ayer, además, la inspección general de todas las centrales atómicas en suelo alemán. Según se fue perfilando durante el día, es probable que cuatro de las centrales que se desconectarán ahora queden fuera de servicio para siempre. Los consorcios energéticos advirtieron inmediatamente de posibles subidas en las tarifas.

Merkel se había reunido en Berlín con los presidentes de los siete Estados federados que cuentan con centrales atómicas para debatir la moratoria anunciada el lunes. Todos ellos son democristianos, lo mismo que Merkel y que el ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen. En la abarrotada rueda de prensa que ofreció después en la Cancillería, la canciller insistió en que lo sucedido en Japón "supone un punto de inflexión en el mundo tecnificado". El sábado había pronunciado palabras muy parecidas, para sostener después que las centrales alemanas eran "seguras".

Si tan seguras son, ¿por qué cierra ahora siete de ellas e inspecciona las demás? Para los partidos de la oposición, Merkel solo hace cuentas electorales. El "punto de inflexión" y las aterradoras imágenes de Fukushima saltando por los aires se producen en vísperas de los tres comicios regionales convocados este mes. La extensión de la vida útil de las centrales fue una de las decisiones más polémicas del actual Gobierno. La oposición desempolvó pronto su tradicional poder de movilización antinuclear en Alemania.

En la UE, el comisario de Energía de la UE, Günther Öttinger, recurrió ayer a Dios y a la Biblia para describir la crisis nuclear japonesa. "Hay quienes hablan de apocalipsis y la palabra me parece muy apropiada", declaró el comisario en el Parlamento Europeo. "Todo está prácticamente fuera de control", agregó. "No excluyo lo peor en horas y días venideros", insistió. Antes se había encomendado al cielo: "Espero que, con la gracia de Dios, se pueda evitar lo peor".

El comisario compareció en la Eurocámara tras acordarse a petición de Austria que la UE realizará este año pruebas voluntarias de resistencia en sus centrales nucleares para garantizar su seguridad ante cualquier eventualidad. Bruselas desea que en el programa participen también los vecinos de la UE, como Suiza y Turquía, y hasta que sea adoptado globalmente por el G-20 y Naciones Unidas.

La voluntariedad de las pruebas de resistencia fue adoptada por los participantes en una primera reunión con responsables políticos, grandes empresas europeas del sector de la energía europea y técnicos convocada por Öttinger en respuesta a la grave crisis nuclear japonesa.

El comisario explicó en una conferencia de prensa los acuerdos alcanzados, sin caer en el dramatismo al que luego recurrió ante la Comisión de Industria y Energía de la Eurocámara. Allí acabó dando la razón a quienes se sienten testigos del fin del mundo. Este discurso de altísimo impacto emocional traiciona todas las llamadas a favor de mantener la cabeza fría que se han oído en las últimas jornadas en Bruselas y en la mayoría de las capitales europeas.

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