El rescate del pesquero secuestrado en Somalia se negocia en Londres
El Gobierno espera que los 26 marineros sean liberados en los próximos días
La liberación del pesquero Playa de Bakio y sus 26 tripulantes, secuestrados desde el pasado domingo por piratas somalíes, se negocia en un hotel de lujo en Londres. Así lo aseguran fuentes conocedoras de la negociación, quienes recuerdan que no es la primera vez que la capital británica sirve de escenario a este tipo de negociaciones.
En 2000, el pesquero Albacora Cuatro estuvo tres días retenido en aguas de Somalia mientras se negociaba en Londres el pago de un rescate. Nunca se supo cuánto dinero se pagó, pero algunas fuentes apuntan a unos 400.000 euros.
La elección del Reino Unido no es casual: entre los piratas hay mercenarios británicos y también son británicos los bufetes de abogados que hacen de intermediarios en este tipo de extorsiones. "A veces te preguntas si los piratas están en Somalia o en Londres", reconocía Iñaki Latxaga, responsable del Grupo Albacora, en una reciente entrevista al diario Deia.
Preguntado ayer por EL PAÍS, el armador del Playa de Bakio, propiedad de la empresa Pesquería Vasco Montañesa, SA (Pevasa), no quiso desmentir ni confirmar la noticia.
Por su parte, el consejero vasco de Agricultura, Pesca y Alimentación, Gonzalo Sáenz de Samaniego, dijo que la negociación se inició el jueves y "todavía está en sus contactos iniciales". Según el consejero, "todavía no se ha hablado de dinero", por lo que "son falsas" las informaciones según las cuales los piratas habían exigido el pago de un millón de euros.
Más optimista se mostró ayer la vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, que dijo que espera una "pronta y satisfactoria resolución" del secuestro. Fuentes gubernamentales indicaron que el desenlace podría producirse en breve, a finales de esta semana o principios de la próxima.
Las mismas fuentes negaron que el Playa de Bakio se hubiera alejado de la costa, como aseguraron algunos líderes tribales y recogieron varios medios de comunicación. Según la información de que dispone el Gobierno, el atunero sigue fondeado a unas tres millas de la costa, cerca de la localidad de Obbia y a unos 500 kilómetros del norte de la capital somalí, Mogadiscio.
Desde el miércoles, el buque está sometido a vigilancia por parte de la fragata Méndez Núñez (F-104) y del avión de patrulla marítima P-3 Orion, que opera desde la base de Yibuti. Hasta la llegada del P-3 español, Francia facilitó la información obtenida por un avión Atlantique 2 que sobrevoló la zona.
En Somalia se encuentra el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, con una amplia experiencia. No sólo medió en la liberación de las dos cooperantes de Médicos Sin Fronteras secuestradas en diciembre pasado en Somalia, sino que en los años noventa participó, como asesor del Ministerio del Interior, en las conversaciones con la cúpula de ETA en la República Dominicana.
El pesquero se encuentra en manos de un grupo que se hace llamar los marines somalíes, integrado por más de un centenar de hombres armados y con adiestramiento militar.
Las familias de los españoles secuestrados (cinco vascos y ocho gallegos) siguen recibiendo palabras de ánimo por parte de las autoridades, aunque cada vez les consuelan menos. "Nos cuentan que están bien, que tienen víveres y que las negociaciones avanzan, pero me estoy desinflando. Pasan los días y mi marido sigue secuestrado", comenta Mireia, esposa de uno de los marineros.
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