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Berlusconi lanza una ofensiva contra la prensa y la Iglesia

Su abogado anuncia querellas contra 'La Repubblica' y diversos medios europeos.- El Vaticano suspende abruptamente una cena del secretario de Estado con 'Il Cavaliere'

Silvio Berlusconi ha vuelto de vacaciones a lo grande, atacando frontalmente a la prensa y a la Iglesia, los dos poderes que todavía osan importunar sus delirios de impunidad. Su abogado, Niccolò Ghedini, anunció este viernes querellas y demandas contra La Repubblica, a la que pide un millón de euros de resarcimiento, y contra otros diarios de Francia, España y Reino Unido. En paralelo, y en un gesto sin precedentes, el Vaticano canceló la cena que debía celebrar esta noche su secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, con Berlusconi en L'Aquila, tras la publicación en Il Giornale, el diario del hermano del Cavaliere, de una información contra el director de L'Avvenire, el órgano de la Conferencia Episcopal Italiana.

En declaraciones a la agencia Reuters, Ghedini anunció que ha presentado denuncias contra diversos medios europeos, y que además ha dado instrucciones a abogados en Reino Unido para que estudien posibles casos por difamación en ese país.

El letrado precisó que ya han denunciado al semanario francés Nouvel Observateur por una información titulada "Sexo, poder y mentiras", y al diario El PAÍS por publicar las fotos de sus invitados en su mansión sarda de Villa Certosa. En España, sin embargo, los abogados de PRISA no tenían constancia este viernes de dicha denuncia, que ya fue anunciada por Ghedini el día de la publicación de las fotos.

El abogado explicó que aún no sabe a quién denunciarán en Reino Unido, donde muchos diarios, y especialmente el Times, de Rupert Murdoch, han dado gran relieve a las relaciones de Berlusconi con la joven Noemi Letizia, a sus fiestas con prostitutas y velinas, y al divorcio de su segunda mujer, Verónica Lario.

En Italia, Il Cavaliere reclama a La Repubblica un millón de euros por un artículo del 26 de junio en el que Giuseppe D'Avanzo, periodista del diario del grupo L'Espresso, formulaba diez preguntas a Berlusconi. El primer ministro nunca contestó a esas preguntas relativas a sus andanzas sexuales, sus contradicciones y su estado de salud, y ahora las considera "difamatorias".

"Por primera vez en la historia de la información italiana las preguntas de un periódico terminan delante de un tribunal civil", afirmó este viernes La Repubblica. Además, el primer ministro y magnate considera difamatorio un artículo de Giampiero Martinotti, en realidad un resumen de prensa extranjera que citaba al Nouvel Observateur y a otros medios.

Sobre las diez preguntas, los abogados de Berlusconi subrayan en la denuncia que se han publicado "durante más de 60 días", y consideran que se trata de "preguntas retóricas" que "no buscan obtener una respuesta del destinatario, sino insinuar al lector la idea de que la persona 'interrogada' se niega a responder".

El líder del principal partido opositor, el Partido Democrático, Dario Franceschini, llamó al director del diario, Ezio Mauro, para expresarle su solidaridad y la de su partido ante "la increíble acción judicial" del primer ministro. "Nos encontramos ante una estrategia indigna de intimidación que no tiene precedentes en ninguna democracia y que es además un síntoma de miedo", afirmó.

Deterioro de las relaciones con la Iglesia

Entretanto, las relaciones de Berlusconi con la Iglesia sufrieron un nuevo deterioro a causa del brutal ataque de Il Giornale contra Dino Boffo, el director de L'Avvenire. Según el diario de la familia de Berlusconi, Boffo fue procesado en 2002 por acosar a una mujer con cuyo marido, sostiene Il Giornale, el periodista mantenía una relación homosexual.

Berlusconi ha contratado este verano a Vittorio Feltri, hasta ahora director de Libero, para dirigir el diario familiar. Según informaciones publicadas en Italia, Il Giornale habría ofrecido a Feltri, un veterano berlusconiano, 15 millones de euros por incorporarse al proyecto más un salario anual de tres millones.

La misión principal de Feltri, según sugiere la portada contra Boffo, parece que consistirá en intimidar y desacreditar a los periodistas y editores que aun se muestran críticos con Berlusconi. L'Avvenire había sido muy duro al censurar la mezcla de sexo y política del Cavaliere.

En respuesta al ataque contra Boffo, y a pesar de que Berlusconi trató de desmarcarse de Il Giornale diciendo que la intimidad debería ser "sagrada", la Conferencia Episcopal defendió con una nota al director, y el Vaticano canceló abruptamente la cena, prevista desde hace semanas, que debía celebrar Berlusconi con el cardenal Bertone en L'Aquila.

Ambos iban a asistir juntos a la ceremonia de la "Perdonanza Celestiniana", por el perdón de los pecados. El primer ministro esperaba ese encuentro con ansia para mejorar su imagen ante el Vaticano, aunque Rocco Butiglione, el ínclito diputado democristiano, le recordó que para ser perdonado es necesario arrepentirse antes. "Al perdón se va como penitente, no intimidando con métodos 'escuadristas'. No se puede pretender intimidar a la Iglesia".

La razón oficial esgrimida por el Vaticano para anular la cita fue que era mejor dedicar el dinero que habría costado la cena a las víctimas del terremoto. Fuentes vaticanas dijeron a Reuters, sin embargo, que se trata solo de una excusa diplomática y que la razón real era el enfado del Vaticano. Para evitar el bochorno institucional, Berlusconi consiguió enviar a la ceremonia a su número dos, Gianni Letta. Ahora deberá hacer juegos malabares para reparar su destruida relación con los obispos italianos y con el Vaticano.

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