Más 'speak spanish' que en España
EE UU ya es el segundo país en hispanohablantes. - En 2050 puede ser el primero, por delante de México - Un informe del Cervantes retrata esta revolución idiomática
Primero fueron los Estados fronterizos del sur, después las costas del Atlántico y el Pacífico, más tarde el interior... Hoy, Seattle, la ciudad grande más alejada de la frontera mexicana en Estados Unidos, cuenta con un 10% de hispanos. La oleada de la lengua castellana ha sido imparable por todas las esquinas de la primera potencia mundial. Tanto que ahora se sitúa en el límite de los 45 millones de hablantes censados, sin tener en cuenta la inmigración ilegal. Más que en España, según un ambicioso y contundente estudio llevado a cabo por el Instituto Cervantes. Se titula Enciclopedia del español en los Estados Unidos, será presentado el 13 de octubre y publicado en un solo volumen por Santillana.
Hay 45 millones de hablantes censados, sin contar la inmigración ilegal
"No sirven las leyes del 'english only'; esto es imparable", dice López Morales
Si la tendencia sigue, los anglohablantes serán minoría antes de terminar el siglo
"No hay que ver nuestro idioma como extranjero en EE UU", afirma Lago
Las conclusiones son asombrosas. No es sólo que EE UU ya sea la segunda potencia del español en el mundo después de México, con sus 106 millones de hablantes. Es también que en 2050 podría convertirse en la primera si alcanza los 132 millones de personas que tendrán como lengua materna el idioma de Cervantes. Ni triunfalismo ni megalomanía: se trata de datos fríos y objetivos que recoge la oficina del censo estadounidense en una nota oficial del pasado 14 de agosto. "Esas cifras se dan en el ámbito más pesimista", advierte Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes.
Nada que pueda atajar un fenómeno que supera todas las previsiones. "Para los anglos blancos no sirven ni las leyes protectoras de algunos Estados que tratan de imponer el english only. Esto es imparable. No pueden hacer nada en contra. Más, cuando la ley que impera es la de un hombre un voto, y el voto hispano es determinante", comenta Humberto López Morales, puertorriqueño, experto en los fenómenos del español, que se ha encargado de coordinar el estudio desde su puesto de secretario de la asociación de las 22 academias de la lengua.
La tarea ha sido enorme. A lo largo de casi 1.300 páginas y en 80 artículos de fondo se aborda la salud del idioma desde perspectivas lingüísticas, sociológicas, culturales, en el ámbito del mundo de la comunicación, la economía, la demografía... Una historia que se analiza desde que todo empezó en 1492. Y una historia que aún no ha terminado. Es más, parecería que vive una prometedora y voraz adolescencia.
La fuerza, el empuje de toda una cultura latina con el idioma como referente básico puede dar un vuelco al equilibrio del país. Para empezar, parece romperse la famosa teoría del melting pot. "Es una de las conclusiones a las que ha llegado el mundo universitario con este fenómeno. Eso de que Estados Unidos era una gran mezcla de culturas que finalmente quedaban integradas en una especie de olla hirviente con lengua y cultura comunes, queda destruida en el caso de los hispanos", agrega López Morales. Sencillamente, conservan contra viento y marea sus señas de identidad.
Si ha sido así en tiempos difíciles, mucho más sencillo resulta ahora, cuando los hispanos ya no son la escoria de una sociedad dinámica. "Se han integrado y han escalado en todos los ámbitos. Hoy el grupo de cubanos está a sólo unas décimas de igualar a los anglos blancos en número de doctorados universitarios", comenta el coordinador.
Por no hablar de las empresas, donde cada vez más reclaman empleados bilingües -que pueden llegar a ganar 20.000 dólares más al año si dominan los dos idiomas-, o los medios de comunicación en español. Los grandes periódicos escritos en inglés insertan anuncios en la otra lengua. Las emisoras de radio se han duplicado en una década. Hoy se cuentan 550 en todo el país. Las cadenas de televisión, lo mismo. Existen 55, con un aumento del 70% en los últimos 10 años. "Para analizar rigurosamente el fenómeno del español en los medios haría falta una legión de sociolingüistas y expertos en inmigración", comenta Eduardo Lago, director del Instituto Cervantes de Nueva York. "Es una expansión espontánea y natural, las cifras que tratan de hacerle justicia quedan obsoletas muy pronto", añade.
Lago, sin embargo, alerta sobre un excesivo triunfalismo: "Hay muchos que sostienen que las siguientes generaciones lo irán eliminando, aunque es difícil pensarlo. Éste es un fenómeno que crece en progresión geométrica", comenta el también escritor, que acaba de publicar su segunda novela, Ladrón de mapas.
Aun así, si la tendencia espectacular sigue, Estados Unidos podría convertirse en el siglo XXI en un país con más hispanohablantes que angloparlantes. "El escritor Junot Díaz lo dijo, Estados Unidos es la zona cero de la lucha entre el inglés y el español. También comentaba que lamentablemente se percibe el crecimiento como una amenaza", asegura Lago.
Una lucha que queda entre dos. Porque el caso del estudio de otros idiomas como el francés o el alemán empieza a ser meramente testimonial. El español es la lengua preferida de los universitarios estadounidenses con 822.985 estudiantes en 2006. Saca una clarísima ventaja al francés (206.426) y al alemán (94.264).
Todos los datos indican que la realidad ha construido una parcela enorme para el espacio del español. Para la vida en español. Tanto que, según Lago, no podemos hablar de mundos aparte: "No hay que considerar a nuestro idioma como una lengua extranjera en los Estados Unidos. No lo ha sido nunca y ahora, no hace falta decirlo, lo es mucho menos".
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Un paso adelante y dos atrás
Por más que se alerta, por más que surgen voces para concienciar sobre el imparable fenómeno del castellano en el mundo, parece que los Gobiernos españoles en esta materia dan un paso adelante y dos atrás. Si hay alguien que debería liderar ese fenómeno en todo el mundo es el Instituto Cervantes, pero los directores de dicho organismo se topan una y otra vez con la fría realidad de las cifras y con la incomprensión del auténtico potencial del español que muestran los encargados de los presupuestos.
La crisis va a afectar las previsiones del español. ¿No salta a la vista la evidencia de que debe ser una política de expansión prioritaria? Parece que no, porque para este año se han recortado drásticamente las previsiones de dinero. Habían solicitado un incremento del 12,5% sobre los 100,5 millones de euros de 2008. "Nos lo han rechazado en primera instancia y hemos tenido que rebajar a un 3%. Es un recorte importante. Un recorte que nos preocupa", asegura Caffarel.
Con esas migajas, poco van a poder aprovechar el crecimiento en Estados Unidos las autoridades españolas a través de ese artefacto de expansión cultural que puede y debe ser el Cervantes. No acaban de creerse su verdadero potencial. Las sedes en Nueva York, Alburquerque, Chicago y el aula de Seattle parecen más que insuficientes para intentar liderar una parte del fenómeno en marcha. Los planes son consolidar un centro en Seattle y abrir otro en San Francisco. No más. Caffarel tiene clara la estrategia para los años duros: "Donde no hay dinero, hay imaginación", apunta. ¿Será suficiente o perderemos el tren?
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