El reposo del guerrero
He aquí, finalmente, el relevo. Después de muchos años, tantos que al contemplar una foto del juvenil William Shatner / Kirk del comienzo de la serie nos parece otro, su hijo, un primo lejano tal vez, el Enterprise ya tiene nueva tripulación, nuevos cometidos, el mismo formato filmico-televisivo que ha cimentado su fama. Era de esperar: las entregas quinta y sexta de la entrañable serie de nuestra infancia nos mostraron a un Spock geriátríco, a un Kirk que parecía un anuncio de Michelin, a un Scottie al que nadie se atrevería a llamar grueso, sino obeso preocupante; era sólo cuestión de tiempo que, como James Bond, la nave estelar tuviese una tripulación de recambio.Y aquí está, arropada por el éxito televisivo de Star Trek, la nueva generación. Y aquí está también el aparente milagro de qué todo ha cambiado para, como en la cita lampedusiana, permanecer inalterable: la misma jerga suedocientífica, los mismos amenazadores klingons, los mismos misterios insondables del ultra espacio, idénticos sacudones y destrozos provocados por extraños campos gravitacionales, ondas magnéticas de origen desconocido; y la teletransportación; y los viejos, decididamente arcaicos uniformes. Como diría el difunto Christian Metz, el sueño programado en su apogeo.
Star Trek VII
La nueva generadón (Star Trek VII. Generations)Director: David Carson. EE.UU, 1994. Intérpretes: William Shatner, Patrick Stewart, Malcolin McDowell, Woope Woldherg, Levar Burton, Michael Dom, William Riker. Estreno en Madrid: Luchana, Rex, Multicines Royal, Parquesur.
La nueva generación, dirigida por un artesano de la factoría televisiva de la serie, el británico debutante David Carson, es sensiblemente mejor que las últimas entregas. La (casi) audacia que presenta la construcción de su trama, con varios puntos de interés superpuestos y que se desarrolla en dos momentos diferentes separados por 78 años en los que se investiga un mismo e incomprensible misterio, la hace considerablemente más atractiva que las anteriores, que disfrazaban la falta de medios con subterfugios de novela criminal en nave espacial, La (necesaria) actualización de los personajes -no de todos: en la que es su última aventura, Kirk permanece tan inalterable como siempre- presenta al flamante capitán de la nueva y efímera Enterprise como un hombre dubitativo recorrido por la secreta nostalgia de una vida que no ha tenido, y por una desgracia familiar.
Reposo del guerrero
Aunque, eso sí, sigue sin haber casi ninguna referencia al sexo; para un Kirk en el final de su existencia, habitante feliz de una Shangrila que le garantizará su hipotético reposo de guerrero, el deseo es sólo la lejana, inalcanzable silueta de una mujer a caballo. Y conviene concluir recordando igualmente que la renovación / no renovación de la fórmula afecta también a la calidad de los efectos visuales, cortesía de la Industria Light and Magic de Lucas, de mejor factura que los anteriores, y que amplían la magnitud del encuadre de forma verdaderamente lograda.
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