Los pentagramas del holocausto

Despojados de derechos, sometidos al arbitrio de sus captores, víctimas de un odio visceral pero organizado, los cautivos de los campos de exterminio malvivían en un mundo siniestro sin concesiones al arte ni a la belleza. Solamente la música afloraba tímidamente: a veces por imperativo de los verdugos, a veces porque ya no quedaban palabras con sentido.

Con estas palabras, la Casa Sefarad-Israel introduce el concierto que tendrá lugar esta tarde en el Ateneo de Madrid con motivo del Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la Prevención los de Crímenes contra la Humanidad.

El objetivo es rememorar las músicas que lograron escapar de los campos de concentración. En el espectáculo, se podrán escuchar composiciones clásicas, klezmer, zíngaras, hebreas, que conforman "una partitura del dolor y la esperanza".

La música corre a cargo de Brossa Cuarteto de cuerda, una formación fundada en 2004. En los violines, Aleix Puig Caminal y Pere Bartolomé; Imma Lluch, en la viola; Oleguer Aymamí Busqué, al violonchelo y con Gregori Ferrer, en el acordeón y los arreglos musicales.

En el concierto se presentarán repertorios recuperados que, en alguna época de la historia, provocaron desdén por su carácter innovador o contrario a los cánones en vigor. Su objetivo es explorar espacios comunes entre estilos diversos y combinar la propia interpretación musical con expresiones emanadas del teatro, la danza o la poesía.

El concierto Los pentagramas del holocausto: suena la música resulta una combinación musical y literaria concebida a partir del material artístico creado en los campos de concentración nazis. Paralelamente, el actor Elies Barberà leerá fragmentos de obras de Primo Levi, Jorge Semprún, Imre Kértesz, León Felipe y otros autores que vivieron y sintieron el horror de los campos.