La película del candidato-presidente

"Hay un hombre en España que lo hace todo...", cantaba Astrud. Y Alex de la Iglesia parece poner rostro a ese trabajador incansable. ¿Que llega la gala de los Goya? Pues él, que preside la Academia desde 2009, levanta la moral de su tropa cinematográfica con discursos positivos en los mismos días en que rueda sus películas: le ha pasado estos dos años. ¿Que la ley Sinde se debate en el Congreso de los Diputados? Pues desde el eskup de EL PAÍS y desde su cuenta de Twitter, el cineasta bilbaíno debate a pecho descubierto con todos los internautas y monta una reunión días después en la Academia entre diversos sectores implicados. Logró convencer a Pedro Almodóvar para que apareciera en la última gala. Fue al certamen de Venecia y se trajo del festival dos premios, al mejor guión y a la mejor dirección. Y este mes, mientras monta la ceremonia más espectacular de los Goya, que celebran su 25º aniversario con gala en el Teatro Real, videowall en la Puerta del Sol, alfombra roja por la Plaza de Oriente y helicóptero que retransmita el paseíllo desde las alturas, rueda La chispa de la vida, su nueva comedia, y defiende las 15 candidaturas de Balada triste de trompeta. Ayer, mientras Jorge Sanz y Marta Etura iban leyendo todas las categorías, De la Iglesia sonreía un poco nervioso según oía repetirse la cantinela de su título. Era un momento contradictorio: nunca un presidente había obtenido tantas candidaturas.

'Pa negre', de Agustí Villaronga, obtiene 14 candidaturas

La gala se celebrará en el Teatro Real de Madrid el 13 de febrero

No serán unos premios obvios, porque si Balada triste de trompeta ha logrado 15, Pa negre, la película de Agustí Villaronga, ha obtenido 14, También la lluvia, de Iciar Bollain, 13; y Buried, de Rodrigo Cortés, 10. Ese es el cuarteto que compite por los premios a la mejor película y a la mejor dirección. Biutiful, con ocho, Lope, con siete y Habitación en Roma, con cuatro, han quedado detrás.

Tras la lectura, el primero en hablar fue De la Iglesia. Estos días va de un lado a otro cerrando las localizaciones y retocando el guión de La chispa de la vida, su nueva película, que empieza a rodar el día 30. La tragicomedia la protagoniza un matrimonio (José Mota y Salma Hayek, extraña pareja), al que le cambia la vida cuando él, un publicista en horas bajas, se duerme en un anfiteatro romano, cae, una barra metálica atraviesa su cabeza y se queda paralizado, lo que curiosamente le mejora la vida, le lanza a la fama y multiplica sus ganancias. Así que la mente del presidente está en muchos sitios. Nervioso, confesó: "Me planteé no presentar la película a los Goya, pero era muy injusto para el resto del equipo... y además el largometraje no es mío, sino de los productores. También pensé en dimitir... hiciera lo que hiciera iba a ser criticado".

De todas sus candidaturas aseguró que le hacían especial ilusión la de mejor guión (es el primero que realiza en solitario) y "otra que os podéis imaginar y no diré", refiriéndose probablemente a la selección a mejor actriz revelación de Carolina Bang, su pareja. El cineasta insistió en que los Goya son "para que la gente sienta suyas las películas. Por eso la hacemos ahora en el centro de Madrid. Cada año los Goya tienen más popularidad, son un gran espectáculo". No ha logrado -aún- convencer a los médicos de Mario Vargas Llosa para que le dejen viajar a Madrid a dar el Goya al mejor guión y sí parece tener atado a Iker Casillas para una ceremonia que se celebrará el 13 de febrero. "El año que viene me gustaría que fuera en el Liceo de Barcelona, la Academia también tiene en esa ciudad su sede". Sobre su película espera que las candidaturas repercutan en la taquilla. "Se notan. Nosotros hemos estrenado en fechas difíciles. Me llevo bien con los taxistas: como yo, trabajan para el público, y como los directores, llevan a la gente hacia un destino". Y recalcó lo "buenísimo" que es que haya una película en inglés y otra en catalán entre las finalistas. "Hay que buscar mercados nuevos".

Con una reflexión parecida comenzó Iciar Bollain. "Hemos arrancado bien en taquilla. Y los Goya son una fiesta, sí, pero con mucha repercusión". La directora acababa de llegar de Los Ángeles, donde había asistido a una proyección de También la lluvia para académicos de Hollywood y su estreno en el festival de Palm Springs. "Han sido muy cariñosos y la han entendido bastante bien". En cuanto a posibles incompatibilidades cargo-competición, Bollain, vicepresidenta de la Academia, no le dio tanta importancia. "Aunque la labor de Alex es mucho más compleja. Hay más gente de la junta directiva que ha logrado candidaturas este año: estamos en activo y eso es bueno".

A Agustí Villaronga las candidaturas -"no esperaba tantas"- le pillaron "en el colmado", comprando alcachofas. "Pa negre me ha dado grandes alegrías desde su rodaje". El mallorquín cree que no hay que darle mucha importancia al hecho de que su filme sea en catalán: "La han valorado y con normalidad. Los que defendemos las lenguas sabemos que también sirven para unir".

El que que estaba trabajando ayer era Rodrigo Cortés, que en tres semanas inicia Red lights con Robert de Niro y Sigourney Weaver: "Llevo en la misma furgoneta desde las nueve y media de la mañana. No esperaba nada y por eso todo me sorprende". Su Buried ha logrado diez candidaturas, incluida la de mejor actor a Ryan Reynolds: "Él es la película". ¿La Academia premia a un filme diferente? "No se sabe, porque no es tangible, no es una señora con gustos fijos. Ahí entramos en la hermenéutica".