"En este país, si no ocultas las cosas eres un demonio"
Alivio: hoy la fiera está tranquila. Sólo cuando recuerda a qué hora ha sonado el despertador, la luz que despide su rajado rostro desaparece oculta por pesados nubarrones: "Hoy me he levantado a las 8.30 y ha sido una gran putada". Robe Iniesta, extremeño de 46 años, no deja el aspecto de marginado de poblado a pesar de que su grupo, Extremoduro, le ha permitido vivir de una forma cómoda.
Capaz de repartir a partes iguales poesía extasiada y conmovedora ("la vida es roja si te vas / y me derrota igual que en los sueños", canta en su último disco, La vida innata, el primero en seis años) y macarradas (tituló su álbum en directo Iros todos a tomar por culo), este hombre asilvestrado dice hacer lo que le da la gana. En noviembre acaba una gira por España con pabellones repletos. Ésta es la única entrevista a un medio escrito diario. Por eso se ha levantado tan temprano.
"Hay géneros más fáciles de escuchar, y el rock no está entre ellos"
"He vivido como me ha dado la gana, pero vivimos en un lugar muy moña"
Pregunta. ¿Le ha dicho alguien a la cara que su nuevo disco es malo?
Respuesta. No, malo no me ha dicho nadie que es. Me ha pasado lo mismo que cuando te hablan de una película que es muy buena. Lo más normal es que salgas del cine y digas: "Bueno, tan buena no era. No es la repolla".
P. Lo que sí ha ocurrido es que su álbum, La vida innata, fue número uno en ventas la primera semana, y luego se lo arrebató el de Melendi.
R. Bueno, está claro que hay música para mayorías y otra para minorías. Hay géneros más fáciles de escuchar, y el rock no está entre ellos. La rumbita y el rollito éste que hace Melendi sí.
P. ¿Le gusta Melendi?
R. Bueno, no me disgusta.
P. ¿Cómo lo pasa un creador cuando se acuesta por la noche y no le ha salido ninguna canción, y así hasta seis años?
R. Muy mal. Frustrado, totalmente frustrado. La primera noche lo pasas mal, pero si empiezas a sumar noches y llegas hasta seis años, es como un pozo. Me ha salvado un poco que he estado escribiendo prosa. Si no, no sé lo que hubiera pasado. He escrito un libro.
P. ¿Probó algún truco para atraer a las musas?
R. La gente me decía de todo. Un colega me dijo que me pintara un huevo de cada color, que a él le funcionaba. Y estuve a punto de hacerlo pero tuve un ataque de serenidad y lo rechacé.
P. ¿Ya ha terminado el libro? ¿De qué trata?
R. La historia ya está escrita. No es una autobiografía, no es de música, no es de Extremoduro ni de rock. Es una novela donde he intentado cuidar bastante el lenguaje y yo creo que en ese lenguaje se me reconoce.
P. ¿Tiene miedo de enfrentarse a los críticos literarios, que seguramente no han escuchado mucho a Extremoduro?
R. ¿Miedo? Bueno, no sé. Es como montar en avión. ¿Te da miedo? Está claro que no te gusta y estás deseando bajarte, ¿no?, pero te montas. No es miedo, pero sí que me pregunto: "¿A ver si dice todo el mundo que es una puta mierda?".
P. ¿Escribe por las noches?
R. Sí. Empiezo después de cenar y estoy hasta las cuatro de la madrugada. Me siento mejor, más despierto, no hay teléfonos ni cosas que te molesten, no va nadie a verte. Me suelo levantar sobre la una. Cada uno tiene su propio reloj y éste es el mío...
P. ¿Es usted romántico?
R. Sí, claro, supongo que sí.
P. Hay una frase en su nuevo disco muy pesimista con el mundo actual: "Si quiero ir a la moda, necesito una pistola".
R. Vivimos en un mundo de violencia que está por todos lados. Matamos a nuestras mujeres, a nuestros vecinos, a los de nuestro pueblo, a los del barrio contrario. La violencia está en todos los lados, empezando por el colegio.
P. Una de las cosas que se cuenta de usted es que recientemente cursó una carrera.
R. No. Lo que pasa es que estuve estudiando un poco, necesitaba un poco de soltura y estuve un año estudiando gramática y latín. Fue por la UNED.
P. ¿Latín?
R. Sí, aunque ya se me han olvidado las declinaciones. Me divertía hacer traducciones. Memorizar cosas no me gusta. Meterte cosas en la memoria no tiene sentido, como las declinaciones. Cuando hago una traducción de un clásico como Cicerón, cojo el diccionario, miro las declinaciones y lo traduzco. Es que nos intentan meter demasiadas cosas en la cabeza.
P. Dicen que el saber no ocupa lugar.
R. Falso. Si te tiras cuatro horas estudiando, te ha ocupado lugar y tiempo. Y el tiempo es sitio. Hasta los griegos lo sabían: el conocimiento objetivo no vale demasiado. Hay que tener un conocimiento más intuitivo.
P. ¿Escritores de cabecera?
R. No tengo escritores de cabecera. Leo de todo: Cicerón, Harry Potter o lo que sea.
P. ¿Cuál es el disco que más veces ha escuchado?
R. Seguramente los de Lole y Manuel. No sé por qué. Y en cuanto a rock, pues todavía escucho de vez en cuando a AC/DC.
P. La leyenda negra de Robe: las drogas, los conciertos caóticos, la alergia a los medios...
R. He vivido siempre como me ha dado la gana. Lo que pasa es que vivimos en un país muy moña en el que hay tantas cosas que no se pueden hacer ni decir que parece que si no ocultas las cosas eres un demonio. Se mete cocaína la mitad de la población, pero lo hace a escondidas. Y, de repente, lo hace un tío, lo dice y la gente grita: "Eh, mírale, ése es el que se la mete toda".
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