"Los músicos son unos pendejos, no cambiarán Cuba"
Cuando el 24 de mayo de 1980 los músicos que viajaban con Paquito D'Rivera (La Habana, 1948) aterrizaron en Suecia procedentes de Cuba, lo único que quedaba de él era su maleta. Al abrirla, encontraron otra valija más pequeña, raída y vieja, con un ladrillo dentro, un palo y una caricatura de un elefante cuya trompa era, ni más ni menos, que "una gran polla". "Paquito, hijo de puta...", musitó con aquella voz ronca y una sonrisa El niño Tumbador. Sí, Paquito se había quedado en Madrid cuando el avión hizo escala. Acababa de expatriarse. Fue la primera vez que el gran saxofonista y clarinetista cubano pisaba la capital de España -aunque luego se marchó a Nueva York- y nunca más regresó a Cuba.
Vino a Madrid por primera vez hace 30 años y ya no volvió a La Habana
Esta semana, 30 años después, ha vuelto a Madrid convertido en una superestrella del latin jazz para participar en el festival Clazz, que se celebra el próximo lunes y martes entre Barcelona y Madrid. Tiene una alegría desbordante, es rápido, y ocurrente. Y posee una memoria de elefante (no se sabe con qué clase de trompa). ¿Se acuerda de aquella primera vez que vino? "Claro, esas no son decisiones fáciles de tomar pero, como dijo Woody Allen, la comedia es tragedia más tiempo. Pasé seis meses aquí con el grupo de Carlos Carli. Me recibieron y me dieron trabajo en el Dallas, en Orense 34. Creo que ya no existe", recuerda. Un viaje al exilio que terminó en Nueva York, donde todavía vive y donde aprendió a querer la música cubana más que en La Habana. "Como dijo Lidia Cabrera, 'yo descubrí Cuba a orillas del Sena".
Y a orillas del Manzanares, Paquito habla de ese lugar al que no puede volver. La mañana de la entrevista, Fidel Castro ha felicitado en Granma a los egipcios por derrocar al dictador. "Ja, ja, ja... Está loco. Debe estar poniendo las barbas a remojar. Pero no, no creo que pase algo así. Lo mismo pensamos todos cuando cayó el muro de Berlín y llevamos 50 años... la dictadura más larga del planeta. Además, ahí no hay Internet".
Músico superdotado y cómplice de los más grandes del jazz, cree que hay algo genético en el virtuosismo para el instrumento. "Claro, yo no puedo tocar el piano. Lo mío es soplar un pito". Como el Paquinet, un instrumento que está en proceso de construir. "Ja, ja, ja.... Sí, todavía quiero hacerlo. Los saxofonistas le tienen terror al clarinete, porque chilla mucho... Y yo quería hacer un instrumento que es más fácil de afinar y tiene todo el hueco tapado".
Pero, volviendo a la política... y la música, ¿no fomenta la disidencia? "Los músicos son todos unos pendejos. No van a renunciar a todas las prebendas que tienen con solo quedarse callados. No cambiarán nada. Nunca hemos sido famosos por rebelarnos...", dice soltando una carcajada.
Ni siquiera los cambios de los últimos tiempos o las protestas amplificadas le convencen. No hay nada. "¿Cambios? De calzoncillos, en todo caso. Hay mucha gente presa, cada vez más. ¿Tú conoces ese grupo, Porno para Ricardo? El cantante es Gorki Águila. Un tipo muy inteligente que también estuvo preso. Muy anárquico. Está ahora en México...".
Paquito D'Rivera no se calla ni una. Tampoco le gusta que países como España critiquen al régimen por un lado, y por otro hagan negocios con él. "Cuando los españoles empezaron con empresas como Meliá en la isla, alguien puso un letrero donde está enterrado el general Antonio Maceo que decía: '¡Despierte general, que los gallegos están de regreso!'. Hay gente comprando apartamentos mientras mi familia vive en un tugurio. Pero bueno, no es culpa de los españoles. ¡Es que ahí están las putas más baratas del mundo! La gente no debería ir de turismo ahí".
-Usted ¿volvería a Cuba si todo cambiara un día?
-Sí, claro, pero ya vendrán tiempos peores.
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