Un joven judío entre nazis
A estas alturas, 50 años después de los hechos que se narran, el problema que plantean las películas sobre la II Guerra Mundial, en general, y sobre la persecución del pueblo judío, en concreto, es que resultan demasiado conocidas, parece que ya han sido vistas, por cuidadas que estén, original que sea la historia que narran y buena que sea su realización.Y la mayor dificultad que presenta Europa Europa es que pretende ser original con un tema con el que resulta imposible serlo. No hay que negar que la historia del joven judío Sally Perel, que logra sobrevivir haciéndose pasar por alemán y conviviendo con soldados nazis que detestan a los judíos, no se ve todos los días, pero se hace demasiado hincapié en ello. De manera que enseguida resulta repetitiva al mostrar siempre a un mismo personaje, que además nunca evoluciona, en situaciones muy similares.
Europa Europa
Directora y guionista: Angieszka Holland. Fotografía: Jacek Petrycki. Alemania, Francia, 1990. Intérpretes: Marco Hofschneider, René Hofschneider (Isaak), Andrzej Mastalerz, Julie Delpy. Estreno en Madrid: Bellas Artes (versión original).
Discípula y colaboradora del veterano realizador Andrzej Wajda, la polaca Angieszka Holland trata de seguir de cerca los pasos de su maestro en esta coproducción entre Francia y Alemania, pero donde aparecen mayoría de técnicos polacos. Aunque hay que reconocer que en ningún momento alcanza el lirismo y el buen hacer del mejor Wajda, que ha contado muchas historias de este tipo y de manera mucho más original y convincente que ella.
El único elemento realmente renovador de Europa Europa, pero más fruto de los tiempos que de las ideas de Angieszka Holland, es equiparar a los alemanes con los rusos, la maldad y la simpatía de unos con la de los otros, hasta el extremo de presentar en uno de los sueños del protagonista a Hitler bailando con el mismísimo Stalin.
Para dar mayor fuerza y veracidad a su relato, Angieszka Holland no sólo recalca que está basado en hechos reales, sino que al final incluye un plano del auténtico Sally Perel, en la actualidad en Israel. Aunque esto no logra hacer más convincente el irregular trabajo de Marco Hofschneider, que le encarna en la ficción, un muchacho al que todos persiguen para disfrutar de sus favores, pero de los que él siempre huye porque teme que le vean el prepucio y descubran que es judío.
Además Europa Europa también cae en la trampa de la estética nazi. Una excesiva proliferación de canciones, uniformes, banderas, símbolos y saludos militares, demasiado subrayadas por una dirección en exceso plana, tratan de que brille en exceso lo que se pretende criticar. De manera que en el resultado final la crítica al nazismo aparece demasiado diluida, sólo es algo evidente, con lo que ya se cuenta en las producciones ambientadas en esta época desgraciada de la historia.
Babelia
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