El escritor era el asesino
Un tribunal condena a 25 años de cárcel al polaco Krystian Bala como autor del crimen que narró en su novela 'Amok'
Thomas de Quincey trató en su obra más célebre al asesinato como una de las bellas artes. El escritor polaco Krystian Bala, a quien sus conocidos tienen por hombre culto con debilidades esteticistas, llevó la idea a la práctica. El tribunal de Wroclaw lo consideró ayer culpable de planear y dirigir el asesinato de Dariusz Janiszewski. Aunque no se considera probada su participación directa en el crimen, la juez Lidia Hojenska sentenció a Bala a 25 años de cárcel. El escritor, de 34 años, narró en su primera novela un asesinato cometido en circunstancias tan parecidas al asesinato de Janiszewski que llevó a la policía a detenerlo tras su lectura.
El viejo juego intelectual sobre la influencia de la ficción en la realidad y viceversa se presenta así como verdad judicial, apelable sólo en la siguiente instancia. No se trata de grandes o minúsculos debates estéticos sino de un asesinato. La novela Amok (que en las lenguas centroeuropeas alude a una furia homicida ciega) fue publicada en 2003 y vendió numerosos ejemplares y alcanzó cierta popularidad en Polonia. Su autor obtuvo elogios por la precisión de sus descripciones. Krystian Bala construyó una trama cargada de verosimilitud, narró con detalle los móviles, los instrumentos utilizados, las tensiones de los personajes. Según el fallo de ayer, los parecidos con la realidad no son simple coincidencia.
El año 2000, Dariusz Janiszewski apareció muerto en el río Oder. No hubo sospechosos hasta que tres años después apareció la novela. Entonces la policía detuvo a Krystian Bala. Su ex esposa había tenido un lío con aquel tipo que apareció maniatado con una soga que se tensaba entre el lazo que lo estrangulaba y sus muñecas atadas a la espalda. Pero el juez de instrucción entendió que los paralelismos entre realidad y ficción no eran pruebas suficientes.
En la novela Amok, el protagonista llamado Chris comete un crimen como el que acabó con Janiszewski en la realidad. Los psicólogos que redactaron los informes periciales sobre Bala vieron en él tendencias sádicas y comprobaron rasgos de personalidad muy parecidos a los que presenta Chris en la ficción. Se comprobó además que Bala utilizaba el seudónimo Chris en Internet y en algunos viajes al extranjero. Chris es además el diminutivo inglés de Christian, Krystian en polaco. La policía había comprobado además que Janiszewski recibió una llamada, el día en que murió, desde el mismo teléfono utilizado para llamar a la madre de Bala. Éste había subastado además por Internet un teléfono del mismo modelo pocos días después del asesinato.
La grafomanía y la petulancia del escritor colaboraron. Mandó e-mails anónimos a distintas televisiones filosofando sobre "el crimen perfecto" desde locutorios en Indonesia y China, donde Bala había estado haciendo fotos submarinas. En 2006, Krystian Bala volvió a la cárcel como presunto autor del asesinato. La juez consideró que su móvil fueron los celos. Bala se declaró en todo momento inocente. En el libro, el asesino Chris queda impune. Su autor pasará 25 años entre rejas.
Babelia
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