El cineasta Jafar Panahi continuará en huelga de hambre
"Juro por el cine en el que creo, que no voy a cesar mi huelga de hambre hasta que se cumplan mis peticiones", asegura el director iraní Jafar Panahi en la carta que ha dictado a su familia desde la cárcel de Evin y que hizo pública ayer la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán (CIDHI). El cineasta, detenido el 1 de marzo, se niega a ingerir alimentos desde el pasado domingo en protesta por el maltrato que sufre en prisión y las continuas amenazas a su familia.
"El sábado por la noche varios agentes atacaron la celda 56, nos obligaron a mí y a mis compañeros a salir al patio sin ninguna ropa y nos mantuvieron al fresco durante una hora y media", relató Panahi a su esposa, Tahereh Saeedi, durante una llamada telefónica el martes. "El domingo por la mañana, me llevaron a la sala de interrogatorios y me acusaron de filmar dentro de mi celda, lo cual es absolutamente falso. Entonces me amenazaron con encerrar a toda mi familia en Evin y enviar a mi hija a un centro de detención inseguro en Rajaie Shahr", añade el texto difundido por la CIDHI. Fue a partir de ese momento cuando Panahi, de 49 años, decidió no ingerir más comida ni líquidos.
Ausencia en Cannes
Panahi respaldó al dirigente opositor Mir Hosein Musaví en las presidenciales del año pasado. Al ser detenido en compañía de su mujer, su hija y otra docena de personas, fue acusado de estar preparando una película sobre las protestas que siguieron a las elecciones. El resto de los detenidos, incluido el director de cine Mohammad Rasulof, han sido liberados desde entonces.
Fuentes próximas al cineasta atribuyen la ampliación en dos meses más de su detención preventiva al mensaje filmado que envió al Festival de Cannes. En él, Panahi daba cuenta de su interrogatorio durante una detención previa, el pasado julio, por haber acudido a depositar unas flores a la tumba de Neda Agha Soltan, la joven asesinada que se convirtió en símbolo de las protestas poselectorales. Desde entonces tenía prohibido salir del país.
Su ausencia en el jurado de Cannes ha motivado no solo el gesto simbólico de una silla vacía, sino reiterados llamamientos a su liberación. Especialmente emotiva fue la intervención de Abbas Kiarostami exigiendo a las autoridades iraníes que dejen libre al director de El globo blanco, premiado en Cannes en 1995.
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