Un carnaval de 'botox' y arte
La sucursal en Miami de la feria Art Basel arranca entre el bullicio de los millones, la vanguardia controlada y las fiestas
Los miles de coleccionistas, comisarios, artistas y turistas llegados para Art Basel Miami Beach (ABMB) han convertido a esta ciudad en un verdadero carnaval, donde el estilo, el diseño y la cirugía estética son los patrones que priman mientras se adquieren obras y se disfrutan de las innumerables cenas y fiestas que se deparraman por todas partes.
ABMB es el centro de atención por los millonarios precios a los que se venden obras de Basquiat o Warhol. Pero este año, además, hay 22 ferias paralelas, como Art Miami, Bridge, Aqua, Pulse o Scope, que ofrecen arte a otro precio. De ellas, la más novedosa es SeaArtFair: un yate de lujo anclado en la bahía en el que se presentan 28 galerías.
Entre los asistentes, Tom Wolfe, Emilio Estefan o el magnate Jorge Pérez
Se puede ver de todo: desde 12 artistas del colectivo puertorriqueño Puntos Suspensivos, que comparten apretados dos habitaciones de hotel, a las mayores extravagancias de los millonarios cuyos Lear Jet no caben en el aeropuerto. Los precios bailan de forma vertiginosa. En ABMB se puede encontrar un basquiat entre 3,5 y 7,6 millones de dólares (2,3 y 5,1 millones de euros) en la galería Jan Krugier de Nueva York o una de las seis últimas sopas de tomate Campbell de Warhol alcanza los 8,5 millones en la Christophe van de Weghe, también de Nueva York. En cambio, en la Red Truck de Nueva Orleans, en la feria Bridge, se pueden adquirir obra original y de calidad de Outsider Art por 200 dólares.
En el fumadero de Davidoff de la feria un coleccionista alemán se debatía sin mucha preocupación sobre si adquirir un warhol por 12 millones de dólares, mientras que en la Cúpula Cartier instalada a unos pasos en el Jardín Botánico la beautiful people disfrutaba de exquisitos manjares preparados por los mejores chefs.
La marca de vodka Grey Goose aprovechó la inauguración de la exposición de la galería Gary Nader (con obras de Picasso, Botero, Frank Stella y Guillermo Muñoz Vera) para presentar su nuevo sabor: Artiste, que tiene un color tan rosado como los flamencos de Miami. Entre los asistentes estaban el escritor Tom Wolfe, el músico Emilio Estefan o el magnate inmobiliario Jorge Pérez. La banca suiza USB, Davidoff y ahora Cartier son tres de los grandes patrocinadores de una feria fundada por Samuel Keller, que ha decidido retirarse para dirigir la Fundación Beyeler (Suiza). Su labor ha sido prodigiosa. En sólo seis años, y después de un inicio abortado por los atentados del 11-S, ha convertido a esta sucursal de la feria de Basilea en uno de los grandes eventos del arte.
ABMB ha transformado radicalmente a Miami, revitalizando la economía de la ciudad, atrayendo a miles de personas, creando una zona de galerías donde antes había un peligroso y decrépito páramo industrial e impulsando la creación de nuevos museos. La estrategia de Keller ha fusionado con asombrosa habilidad los intereses de coleccionistas, galeristas, artistas, políticos y grandes casas comerciales que se disputan su patrocinio. El decadente marco tropical de Miami Beach ha sido la guinda del pastel.
Muestra del dinamismo y la tenacidad del trabajo de Keller es que ha sido sustituido no por una sino por tres personas: Cay Sophie Rabinowitz (directora artística), Annette Schonholzer (operaciones y finanzas) y Marc Spiegler (estrategia y desarrollo), diferentes competencias para manejar una feria que en cada edición crece más. A todo esto, los rumores de que podría trasladarse a Los Ángeles han sido desmentidos por sus directivos.
Babelia
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