El Sur compra arte
La feria Miami Art Basel se llena de coleccionistas latinoamericanos en su primera jornada
El arte contemporáneo no está en crisis. Miami Art Basel, la hija americana de la feria suiza, se llenó en su primer día de coleccionistas venidos de todo el mundo, especialmente de América Latina. En la jornada dedicada a ellos, las 250 galerías de la sección general, además de las jóvenes incluidas en Arte Nova (50 ) y Art Positions (14) dedicaron toda su atención a estos compradores migrantes que llegaban solos, con sus agentes o en grupos guiados. Al final del día los galeristas suspiraban con satisfacción. "Hemos vendido piezas importantes en las primeras horas, estamos contentos", decía ayer la galerista neoyorquina Jane Cohan, de James Cohan. Y como ella, otros marchantes consultados asentían con regusto a la pregunta sobre sus primeros resultados. Este año viene avalado por buenos resultados en las subastas internacionales y en otras ferias de primera categoría, como la suiza Art Basel, la británica Frieze y la francesa Fiac.
A diferencia de la avalancha de coleccionistas que se agolpó en junio a las puertas de la feria de Basilea en junio, ayer en Miami no parecía haber esa urgencia ni esa aglomeración de ricos internacionales. Lo sintomático es que por los pasillos se oía mucho hablar en español con diferentes acentos, y también en portugués. "Los coleccionistas latinoamericanos han venido en bloque", comentaba ayer Marc Spiegler, uno de los directores de la feria. "Llevan viniendo a Miami desde el principio, hace nueve años, pero en cada edición aumentan en número y compran con mayor confianza. Saben lo que quieren". Eduardo Brandao, de la galería Vermelho, de Sao Paulo, lo sabe: "todos los coleccionistas brasileños y latinoamericanos vienen a Miami. Y este es un buen momento en esa región. Ya no se compra solo para invertir, el arte contemporáneo se está convirtiendo en un foco de interés real para muchos de ellos. Se preparan, intentan conocer a los artistas, estar al día con los nuevos valores".
Cristóbal Riestra, de la galería mexicana OMR, lo dice de forma más amplia. "Todo el arte de regiones consideradas periféricas, es decir, más allá de Europa y Estados Unidos, está en un buen momento. Especialmente el latinoamericano". Así se puede observar en muchas galerías de trayectoria que, además de los nombres ya consagrados, incorporan artistas asiáticos, africanos y de América del Sur. La presencia del arte chino también es notoria tanto a través de galerías como de artistas.
La visita a esta enorme feria deja algunas impresiones generales que siempre es aconsejable tener en cuenta. El predominio de la pintura y la escultura es notorio. Y en la escultura parece una coincidencia el predominio de piezas que abordan el cuerpo humano de forma realista y a tamaño natural. La fotografía está también presente, pero no tanto en los grandes formatos que abundaban hace unos años, sino en dimensiones más domésticas, se podría decir. Más para residencias que para museos. Casi no hay presencia de videos, aunque no faltan piezas recientes de artistas como Marina Abramovic o Bill Viola. También hay intervenciones espectaculares como el diseño de la arquitecta Zaha Hadid para la galería suiza Gmurzynska (con un impactante Rothko y un Yves Klein a la entrada) o la instalación de la brasileña Beatriz Milhazes en el stand de la Fundación Beyeler, única institución presente, impulsora inicial de la feria.
Miami Art Basel, que se desarrolla hasta el domingo 5, es el epicentro de un programa que cuenta con exposiciones en los museos locales (como la de Isaac Julien en el Bass Museum, o de Jonathan Meese y Bruce Weber en el MOCA), visitas a importantes colecciones privadas que preparan cada año exposiciones especiales en los días de la feria, programas de encuentros con artistas, arte en espacios públicos y un cartel multidisciplinar dedicado cada día a una ciudad diferente en un escenario al borde del mar.
Babelia
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