Santiago vuelve a acariciar la Gloria
Una inyección de 2,5 millones para la restauración de la fachada de la catedral deja libre el camino para la recuperación del conjunto escultórico del Pórtico
El Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela está desde ayer más cerca de volver a hacer justicia a su nombre. Una restauración ambiciosa de la fachada del templo -para la que la Xunta de Galicia anunció ayer un presupuesto de 2,5 millones- permitirá a los técnicos acometer una tarea iniciada hace tres años con el levantamiento de unos andamios que desde entonces cubren el tesoro escultórico del siglo XII construido por el Mestre Mateo. Con el anuncio del consejero Roberto Varela se agiliza un proceso entorpecido en los últimos años por desencuentros económicos, políticos y técnicos.
Una vez se haya restaurado la fachada del Obradoiro, la cara más conocida de un templo que celebra en 2012 el 800º aniversario de su consagración, se podrá sanar la enfermedad del Pórtico de la Gloria, que, y esta es otra buena noticia conocida ayer, ya tiene diagnóstico preciso. Oculto por los andamios, el conjunto ha estado sometido todo este tiempo a una monitorización casi permanente, destinada a localizar los problemas que aceleraron su deterioro en las últimas décadas y a diseñar un programa de intervención que durará "unos 24 meses", según Javier López, director de la Fundación Barrié de la Maza, entidad financiadora.
Tras tres años, ya hay un diagnóstico de los males de la joya del siglo XII
Los análisis de policromía detallan hasta cinco capas pictóricas
El hecho de que el resultado de los estudios efectuados en el pórtico se conocieran el mismo día que la decisión de la Xunta de inyectar 2,5 millones de euros a la restauración de la fachada no se debió a una acción coordinada entre entidades públicas y privadas. Más bien al contrario. La buena noticia concerniente a la fachada cogió por sorpresa a los portavoces de la Fundación Barrié, pese a que desde el principio los técnicos pusieron como condición para intervenir en el pórtico el arreglo de las humedades originadas por el deterioro del Obradoiro.
La de ayer no es la única muestra de descoordinación entre la entidad financiadora y la Xunta: la monitorización del conjunto estuvo varios meses parada en 2010 por desacuerdos entre la Xunta y la Barrié. La fundación ya ha invertido 2 millones en los estudios previos y se desembolsará otro tanto en la restauración del Pórtico de la Gloria, que no comenzará hasta que no hayan terminado los trabajos en la fachada. Los 2,5 millones de euros que destinará la Xunta servirán, además de para arreglar el Obradoiro, para poner en marcha una Oficina Técnica de Rehabilitación, encargada de preparar el camino para una futura autofinanciación, basada en el cobro de entradas a los visitantes a determinadas partes de la catedral.
Las filtraciones de la Catedral son un problema viejo, estructural, arrastrado desde el siglo XVIII, cuando Casas Novoa levantó la fachada barroca. Las juntas con la parte anterior fueron desde entonces un coladero de humedades, aunque la deficiencia nunca se solventó. El Programa Catedral, con un comité científico, coordinado por la restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España Concha Cirujano y por Francisco Prado, doctor en Arte Medieval por la Universidad de Harvard, ha conducido un arduo trabajo de documentación del Pórtico de la Gloria, estudios de policromía -se conservan cinco capas pictóricas, incluida la original- y análisis ambientales sobre la influencia de la temperatura, la humedad o el flujo continuo de turistas a este rincón privilegiado del templo. La intervención comenzará con una fase de ensayos de seis meses, a la que seguirán las obras. Uno de los descubrimientos más impactantes ha sido el de la presencia de sales de la piedra, que al ser arrastrados por la humedad provocan la pérdida de los colores que antaño decoraban las figuras.
Las técnicas elegidas para limpiar los cuatro tipos de granito usados en la construcción varían según el estado de conservación de la piedra, desde la aspiración, el pincel o el láser en las zonas más delicadas, por ejemplo, aquellas en la que la escasa capa pictórica, o incluso partes de las figuras, presentan riesgos de desprendimiento. Otro mal, producto de la elevada humedad y de la acumulación de polvo, es la existencia de colonias de algas enraizadas en la piedra, que también serán eliminadas. Los restauradores extraerán la cera y el cemento usados durante el siglo pasado en intervenciones desafortunadas, que complicaron la transpiración y aceleraron el ennegrecimiento de la piedra. Por último, se presentará un plan de conservación, que aún se está redactando, para fijar medidas encaminadas a conservar el monumento; entre ellas, las referidas al uso y gestión del inmueble. Por caber, cabrán hasta los eufemismos; también se pretende el control de "actitudes antisociales".
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