Rebelión (también) en el mundo del cine
Con fondo negro y letras blancas, la distribuidora cinematográfica Karma Films puso ayer en su página web el siguiente aviso: "Esta distribuidora desaparecerá y 12 personas se irán a la calle en breve si no se aprueba con urgencia una ley que nos proteja contra las descargas ilegales y la piratería". Así durante 24 horas. La protesta parecía claramente una respuesta a la de las webs de enlaces que el domingo emplearon una escenografía similar para presionar al Gobierno y evitar la tramitación final de la ley Sinde.
Ante la perspectiva de la posible suavización de la norma antidescargas, la industria reaccionaba así alarmada. "Esto no ha hecho más que empezar. Debemos de una vez para siempre hacer frente a los piratas. Si ellos presionan, nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados. Que nos cuenten qué impuestos pagan, cuántos trabajadores tienen en nómina, cómo abonan el IVA todas esas páginas de descargas ilegales". Miguel Ángel Pérez, director general de Karma Films, está decidido a luchar porque España deje de ser uno de los países más "piratas" del mundo. "En Francia, Alemania, Italia o Reino Unido, la asistencia a las salas está subiendo, todo lo contrario que aquí, donde cada vez la gente va menos porque las facilidades para descargas ilegales son inmensas".
El sector pide la aplicación de la ley ya. "La suavización de la norma es una muy mala noticia. El robo no debe tener hueco en nuestra sociedad y para ello hay que aprobar cuanto antes la ley, que, me temo, será de difícil y larga aplicación", denuncia José Ramón Gómez Fabra, presidente de FECE, el organismo que agrupa al 90% de las salas de cine en España, un sector especialmente golpeado por la piratería. Para José María Morales, productor y distribuidor de Wanda Films, la solución es fácil: aplicar la legislación como Francia y Reino Unido. "Se está jugando con miles de puestos de trabajo", asegura.
La página de EGEDA, Filmotech, donde se pueden descargar legalmente películas, tenía pensado, a propuesta de los productores, saludar la nueva ley con la apertura gratuita de sus servicios durante 24 horas. No serían tan generosos si finalmente la ley Sinde se atenuara. Ayer, la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, organización que representa al sector cultural y de entretenimiento de España, puso el grito en el cielo a través de un comunicado, en el que se asegura que la aprobación urgente y sin dilación de la ley es "una cuestión de Estado". En caso de que el texto finalmente aprobado sufra cambios importantes, la coalición pedirá ante la UE la aplicación en España del modelo de Francia y de Reino Unido, en los que el usuario es, al igual que las webs, objetivo de la acción legal.
Babelia
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