'Plataforma', de Bieito y Echanove, causa sensación en su estreno en Edimburgo

El estreno, esta noche, en el marco de el festival de Edimburgo de Plataforma, versión teatral de Calixto Bieito, de la homónima novela de Michel Houllebecq, ha sido recibida con aplausos unánimes del público que llenaba el teatro Royal Lyceum, de la capital escocesa.

Al publicarse en Francia hace cinco años, la novela escandalizó a muchos sectores, que la consideraron una apología del turismo sexual en los países en desarrollo a la vez que un insulto al islám, que el protagonista afirma aborrecer por haber destrozado su vida.

La combinación de Houllebecq con Calixto Bieito, no ajeno tampoco al escándalo con sus polémicas puestas en escena teatrales y operísticas, parecía en principio explosiva. Bieito ha sido muy fiel a la novela original, narrada por el protagonista, que se llama Michel como el autor, en primera persona, y protagonizado en la escena con extraordinaria convicción por Juan Echanove.

En alguna entrevista anterior al estreno, Bieito ha calificado Plataforma, como "una historia de amor en un contexto imposible" y ha calificado al personaje central de "romántico", incluso cuando "hace el amor con una prostituta tailandesa".

Plataforma, es la historia de un funcionario cuarentón francés que acaba de perder a su padre, y viaja a Tailandia, donde se dedica a hacer lo mismo que hacen tantos hombres occidentales que viajan a los países en desarrollo en busca del sexo fácil y barato.

Durante el viaje conoce, sin embargo, a una francesa, Valérie (Marta Domingo), que, a diferencia de todas las mujeres que ha conocido antes, es capaz de entregársele desinteresadamente, y que se convertirá en la excepción a su teoría sobre la incapacidad de amar en el mundo capitalista.

Michel encontrará en esa compañera la satisfacción infinita, una satisfacción que es primordialmente sexual, ya que Valerie está dispuesta a atender sus deseos, que parecen constantes, en cualquier momento del día o de la noche, pero que tiene al mismo tiempo mucho de amor absoluto.

Al final, ese paraíso en la tierra quedará destrozado por un atentado con bomba a manos de un terrorista islámico, que acabará con la vida de Valerie, y devolverá a Michel a su soledad inicial, aunque esta vez enriquecido con la añoranza de aquel amor imposible.

En la versión teatral, la acción se desarrolla entre un peep-show y un piano bar. Todo transcurre en la cabeza del protagonista, quien, desde una de varias cabinas donde se proyectan continuamente películas pornográficas, recuerda todo lo ocurrido.

Los personajes que ha conocido en su viaje a Tailandia exponen sus ideas o exabruptos sobre el capitalismo, el consumismo, la intolerancia, la liberación, la miseria sexual, el monoteísmo o el islám, todo ello mientras realizan actos sexuales con alguna muñeca de goma, o disfrutan de los llamados placeres solitarios en las cabinas del peep-show, o sobre el piano.

Resulta de gran eficacia escénica la plataforma giratoria en que se mueven, se desgañitan y a veces cantan como en un musical, micrófono en mano, los actores de la Companya Teatre Romea, de Barcelona, entre ellos una actriz que se pasa la obra totalmente desnuda.

Pero el peso de la obra descansa casi enteramente en Juan Echanove, que humaniza a un personaje que en la novela peca sin duda de cinismo, le hace infinitamente más convincente, y hace que nos caiga simpático incluso cuando describe con la mayor crudeza los actos sexuales.