Nueva década para Arco
Arco abre hoy sus puertas. Es la edición de su 30º aniversario y la de la redefinición de una cita en la encrucijada. En este artículo, su director propone una mayor internacionalización y tomar partido por la creación más joven
Puede parecer lo contrario, pero estoy en contra de la enorme y profusa atención mediática que acapara el director de Arco. Sin embargo, me ha podido el deseo de compartir todo lo bueno de esta edición, que arranca hoy. En lo físico, será más cómoda; solo tiene dos pabellones, lo que lo hace abarcable en una visita. Y no tendrá moqueta -estoy convencido de la toxicidad de la moqueta desechable-. Pero, sobre todo, me interesa poner el acento en atraer el mayor número de visitas posibles. Ahora que tanta tinta física ha corrido sobre las posibilidades y expectativas de las ferias virtuales de arte y tan poca sobre sus desastrosos resultados, me vuelvo a manifestar como defensor de la experiencia en vivo, algo tan absolutamente perenne como la atracción hacia el arte y que, desde el fondo de los tiempos, ha llevado a los humanos a viajar y a visitar.
Nunca he creído en el cambio radical, pero este año habrá pequeñas sorpresas
Focus Rusia va a exigir mayor esfuerzo del visitante que en el caso de los anteriores países invitados. Hemos separado a las galerías entre sí para fomentar la comunicación con otros expositores de la feria y para que los visitantes las miren con parecidos criterios que al resto. Nunca he creído en guetos nacionales y confío en que esta medida haga que quienes se acercan a ellas conozcan mejor la diversidad de propuestas de un país tan extenso en cultura e imágenes como Rusia. En mis recientes visitas he descubierto varias generaciones de artistas, desde los más jóvenes (educados en la perestroika) hasta los de los ochenta, que sufrieron primero la incomprensión del régimen, luego la indiferencia de un país en tiempos de cambio, y que consiguen al fin un merecido triunfo.
Aconsejaría recorrer con calma la nueva sección Opening, formada por 19 galerías europeas abiertas hace menos de siete años. Sonarán muy pocos de sus artistas, pero son los que ahora interesan a los comisarios. Y serán objetivo de los coleccionistas en el futuro. Los Solo Projects, por su lado, están centrados en Latinoamérica y así seguirán. Se trata de una manera de institucionalizar la relación de Arcomadrid con el continente, aunque este vínculo está presente en el resto de programas de la feria.
Mi recomendación es, en suma, dejarse llevar por la feria, pasearla con tranquilidad, sin ir directo a la imagen mediática ni a la obra acreditada por los medios como "la más cara". No pienso lamentarme, como se ve, por los que no están; creo que Arcomadrid debe buscar su perfil de galería y el enfoque actual está en dar espacio a las emergentes, las que ahora están posicionando a sus artistas. Tanto como las ventas, les interesa el contacto con comisarios y directores de museos.
Y eso que es un buen momento para comprar arte, lo dicen las subastas y los analistas financieros. A todos aquellos que poseen una tarjeta con una A sobredimensionada, además de figurar en la A mayúscula de nuestro aprecio, deberían animarse A coleccionar, A gastar, A comprar, A olvidarse de las noticias negativas en los medios de comunicación y a hacer realidad la máxima del coleccionismo: "solo te arrepientes de lo que no compras".
Por lo demás, no esperen grandes alteraciones; nunca he creído en el cambio radical, pero advierto que habrá pequeñas sorpresas; la exposición de 30 años de Arco reúne imágenes de pasadas ediciones que nos harán sonreír, con obras que reactivarán la memoria de los asiduos y un excelente material documental.
Un destacado crítico de este país me hizo una recomendación: "crea un eslogan". Pienso que hacer llegar a todo el mundo la certeza de que Arcomadrid 2011 abre, con toda contundencia, la puerta a un auténtico nuevo decenio es la forma de lanzar una idea que sirva para transmitir y hacer llegar sus potencialidades para un gran futuro que ya está aquí.
En esta edición Arco avanza en el tiempo y pasa de los 30 hacia los 40 años, una edad en la que o te aburguesas o descubres nuevos caminos -yo opté por lo segundo-. Y pensando en cómo ajustar al transcurso del tiempo la sempiterna pregunta sobre el carácter de Arcomadrid me di cuenta de que la respuesta estaba en su propia denominación: Feria Internacional de Arte Contemporáneo. Nos habíamos olvidado de ello. Yo mismo, viendo el anuncio publicado en este periódico, constaté que el concepto de internacional ni siquiera estaba mencionado antes. Y eso es lo que Arco debe ser, una feria internacional de arte contemporáneo. Hasta ahora lo ha sido y así va a continuar, conjugando la configuración de un todo en el que caben conceptos tan diversos como el de festival, fiesta, museo, universidad, congreso, escenario global... Pero también es un lugar de intercambio, exhibición y muestra de obras de arte y un vehículo de ideas e información reunido en un ágora, en un foro, en la feria.
Participa y habla sobre arte y Arco 2011 en Eskup
Babelia
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