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Reportaje:

Mucho más que una reunión familiar

Nacha Pop vuelve a la carretera y protagoniza el regreso más esperado del pop español

Se trata, probablemente, del regreso más esperado del pop español. La reunión de un grupo mítico, Nacha Pop, compuesto por dos primos que se separaron hace ya 19 años y que pisarán mañana, juntos de nuevo, un escenario. Será en la sierra de Gredos, en Ávila, dentro del festival Músicos en la Naturaleza. Y será la primera actuación de una gira que les llevará por toda la geografía española -el día 4 abren el B-Estival en el Pueblo Español de Barcelona- y que se prolongará, si todo va bien, hasta finales de octubre.

Ante tal acontecimiento, Antonio Vega y su primo Nacho García Vega se encuentran altamente concentrados en el local de ensayo, puliendo un repertorio en el que figurará lo mejor del cancionero de este legendario combo de la movida. Y es que Nacha Pop es un grupo en esencia madrileño. Las calles de la capital han sido claves en la definición de la banda, tal como explica Antonio: "La ciudad forma parte de nuestras vidas. Es el aprendizaje que hemos tenido. Yo no puedo eludir mi escuela de la vida. Como decimos en la canción Esperando nada, allí hemos aprendido lecciones que no vienen en los libros. Son otro tipo de formas de aprender. No somos trovadores del Madrid sabinero, sino que nuestra visión es quizá más cosmopolita. Se trata de ese componente de barrio que toda banda de rock ha de tener en todas partes del mundo". "Siempre hemos terminado callejeando con el último espectador que se queda en nuestro concierto o con aquella princesa del barrio en el que hemos tocado", añade Nacho. "Siempre nos hemos dado esa inyección máxima de lo que nos ha rodeado en cada momento".

"Nos apetece el autobús, los hoteles... todo lo que implica ser una auténtica banda de rock"

Todo ello se traduce en una poesía peculiar y reconocible, que procede, para Antonio, "de una personal valoración del texto de las canciones. No más o menos importante, sino definitivo. Si está ahí en una canción, tiene que ser por algo, tiene que significar o aportar algo. Si no, es mejor hacer temas instrumentales. Desde ese punto de partida, los textos son ejercicios de autoconocimiento, una especie de viaje hacia el interior de ti mismo. Las letras de las canciones nunca pueden dejar de lado los recursos que el idioma castellano posee".

Los dos son conscientes de la expectación que genera su regreso: "Hay muchísima gente a la que le apetece vernos tocar juntos de nuevo", cuenta Nacho. "Gente que, en el buen sentido, nos han estado dando el coñazo durante muchos años. Puede que a otros grupos, como Los Ronaldos o Radio Futura, también les pase. Pero en nuestro caso, desde luego, ha sido algo apabullante. No es que lo hayamos hecho por eso, pero si eso se junta con que nos apetece, lo demás serían ganas de no hacerlo".

Nacho García Vega (Madrid, 1961) es la eterna sonrisa del grupo, que equilibra con su carácter siempre optimista el perfil sombrío de Antonio Vega (Madrid, 1957). Este último, eterno superviviente de la adicción a la droga dura, asiste a la presente entrevista con la barbilla permanentemente pegada al pecho y, sin embargo, se muestra lúcido y ágil. Cuando se le pide que explique en pocas palabras por qué se separaron como grupo en 1988, dispara rápidamente y contando los vocablos: "Nos-separamos-porque-nos-salió-de-los-cojones".

A la reunión del grupo falta el bajista Carlos Brooking, hoy empresario, que no ha visto demasiado claro este regreso. No obstante, sus declaraciones oficiales dicen textualmente: "A Nacho y Antonio les deseo lo mejor. Les quiero y les admiro mucho y lo que hagan me parecerá bien. Cuando me lo plantearon sentí como, no sé, como volver a escribir un libro que ya estaba escrito. Tengo el corazón dividido al respecto. (...) Confío en que toda esta historia les salga bien, que les salga bonito".

El otro eslabón perdido de la banda que inmortalizó Chica de ayer es el batería Ñete. Su ausencia la explica Nacho del siguiente modo: "Ñete fue miembro mientras estuvo en la banda. Antes de llegar él ya existía Nacha Pop y, después de irse, también".

La gira se llama 88/07, en recuerdo de los 19 años que han pasado desde la separación -"Fuimos el primer grupo de la movida que se separó"- y también como guiño al popular disco en directo 80/88, que grabaron en la desaparecida discoteca Jácara de Madrid. Y la reunión no esconde, aseguran, ninguna intención oculta. "Hacemos esto con muchísima ilusión. Antonio y yo nos vemos casi todos los días", dice Nacho. "El otro día fui a decirle una cosa y, antes de que yo acabara, él ya estaba terminándome la frase. Eso me recuerda a nuestra relación en los principios, cuando aún no éramos ni siquiera Uhu Helicopter [banda seminal y predecesora de Nacha Pop]. Son cosas que no tienes premeditadas, que simplemente te suceden".

Antonio recuerda aquellos tiempos de juventud efervescente: "Todo lo concerniente a Nacha Pop tenía siempre cierto elemento de incertidumbre, algo que hacía mágica la vida en el seno de la banda. Había siempre un componente de encontrar las cosas por azar, de dejar puertas abiertas a la improvisación, a lo que pueda venir en cada una de nuestras vidas. Es una cierta sensación de que no todo está escrito, agarrado o definido. Esto es lo que lo hacía siempre atractivo".

Sin embargo, aquella incertidumbre que en tiempos afectaba incluso a la calidad de los conciertos del grupo -"Éramos los que mejor tocábamos y los que peor sonábamos"- estará ausente, dicen, en esta vuelta a los escenarios: "De algún modo, en esta gira quisiéramos ser una auténtica banda de rock, algo que no es exactamente lo que hemos sido ni Antonio ni yo en solitario durante todos estos años. En esta gira ambos vamos a por ello. Por cuestiones obvias, Nacha somos Antonio y yo. Pero la sensación que pretendemos transmitir en los conciertos es la de una banda de rock. Hacer una gira de rock, que es algo muy especial. Nos apetece ese autobús, esos hoteles, todas las connotaciones de lo que significa ser una auténtica banda de rock".

Antonio Vega, en primer término, y Nacho García Vega, en una foto de promoción.
Antonio Vega, en primer término, y Nacho García Vega, en una foto de promoción.

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