La Mona Lisa, ¿embarazada?
Científicos canadienses descubren con una novedosa técnica que la Gioconda llevaba un velo habitual entre las embarazadas o las madres recientes
La enigmática sonrisa de la Gioconda podría deberse a que estaba embarazada o acababa de dar a luz. Al menos es lo que piensa un grupo de investigadores canadienses que han aplicado una novedosa técnica sobre la obra cumbre de Leonardo que les ha permitido apreciar detalles hasta ahora desconocidos. Usando un sofisticado escáner láser de tres dimensiones, han desnudado a la Mona Lisa y han descubierto que portaba un velo que solían llevar las mujeres embarazadas y el pelo recogido en un moño.
El Consejo Nacional de Investigaciones de Canada, la principal institución oficial de investigación del país, desveló ayer en Ottawa los resultados de un minucioso análisis practicado sobre el cuadro por encargo del Museo del Louvre. Los investigadores realizaron sus análisis en el propio museo. Fueron dos noches de exámenes de la pintura por parte de un equipo de 11 investigadores del NRC tuvo entre el 18 y el 20 de octubre del 2004 en París.
La técnica consiste en un escáner de infrarrojos en tres dimensiones que permite una resolución 10 veces más fina que el cabello humano y que les ha permitido certificar, además, que la obra se encuentra en buenas condiciones pese a tener más de 500 años. Con esta técnica han descubierto que Mona Lisa, identificada como la esposa de un comerciante de seda llamado Francesco del Giocondo, lleva puesto "un velo de gasa" fina y transparente, enganchado al cuello de la blusa y que normalmente llevaban las mujeres embarazadas o que acababan de dar a luz, según ha indicado Bruno Mottin, conservador del Centro de Investigación y de Restauración de los Museos de Francia.
Madre por segunda vez
"El cuadro fue pintado para conmemorar el nacimiento del segundo hijo de Mona Lisa", sostiene, para añadir que "es una mujer que acaba de dar a luz, que se gira hacia nosotros, fija los ojos e nosotros y sonríe ligeramente".
"Nuestra sorpresa ha sido descubrir cosas que nunca habían sido vistas hasta ahora", gracias a una técnica que permite ver a través de las distintas capas de pintura y barniz. Así, se percibe que la Gioconda, que tenía unos 30 años cuando fue inmortalizada por el genio del Renacimiento italiano no lleva el pelo suelto, una costumbre que en la época era común entre las niñas o mujeres de "mala virtud", sino que lleva el pelo "sujeto en un moño cubierto por un bonete detrás de la cabeza".
Pero el láser de los investigadores canadienses, patentado por NRC, no ha podido descubrir ningún código secreto enmascarado en la pintura, sobre el que versa la novela de ficción de Dan Brown El código Da Vinci. El análisis sí ha puesto al descubierto otro de los secretos más íntimos de la dama, como el dibujo grabado en la madera y que Da Vinci utilizó como composición general sobre la que basó la pintura final. El escáner también ha concluido que el desgarrón de 12 centímetros situado en la mitad superior de la pintura, causado probablemente cuando fue retirada de su marco original y reparada entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX, está estabilizado y no ha empeorado con el tiempo.
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