_
_
_
_

Mickey Mouse podría no ser de Disney

Los expertos sostienen que una imprecisión en los créditos de la primera película del roedor podría anular el copyright de la compañía

Mickey Mouse no es sólo un simpático roedor tan conocido como los Beatles, sino también una de las joyas de la corona del imperio de entretenimiento Disney, con un valor estimado de 3.000 millones de dólares (2.000 millones de euros). Estrictas leyes de copyright protegen los derechos de la compañía sobre el personaje, pero algunos expertos sostienen que todo podría cambiar. Una imprecisión en los créditos de las películas de Dinsey de los años 20 podría invalidar los derechos de la productora sobre Mickey y convertirlo en algo así como una propiedad intelectual de la humanidad, según revela el rotativo Los Angeles Times. Es decir, que cualquiera podría usarlo gratis. Los abogados de Disney ya han rechazado esa posibilidad, que han tildado de "frívola".

Todo empezó cuando Gregory S. Brown, un ex archivista de Disney de 51 años, se fijó en un LaserDisc de 1993 de Steamboat Willie, la primera película de dibujos animados con el sonido sincronizado y también la primera aparición de Mickey Mouse. Ex productor de la compañía Harvey (creadora del fantasma Casper), Brown era por entonces experto en los tecnicismos legales de los derechos de autor, sobre todo después de sufrir un varapalo contra Disney por un litigio sobre un personaje. Brown examinó los títulos de crédito iniciales de la cinta y halló un detalle interesante. Los títulos de crédito decían:

Disney Cartoons

Present

A Mickey Mouse

Sound Cartoon

Steamboat Willie

A Walt Disney Comic

By Ub Iwerks

Recorded by Cinephone Powers System

Copyright MCMXXIX

El detalle clave es que entre el nombre de Walt Disney y el término Copyright hay otros dos nombres (Ub Iwerks y Cinephone), lo que significa que cualquiera de ellos puede reclamar la propiedad del copyright. Al mismo tiempo, esta circunstancia anula que cualquiera de ellos pueda reclamar sus derechos, según estipula la Ley de derechos de autor (copyright) de 1909. Así, la propia ley haría que Mickey fuera de dominio público. Eso sí, sería aquel Mickey original de los años treinta, de brazos largos, orejas más pequeñas y nariz puntiaguda, diferente del que conoce todo el mundo.

Sin derechos de autor, según la ley de 1909

El caso ha sido analizado desde entonces por varios expertos, aunque no ha conseguido mucho eco en los medios. Una estudiante de Derecho de la Arizona State University, Lauren Vanpelt, escribió un informe en que apoyaba la tesis de Brown y lo colgó en la red en 1999. Retomó el testigo otro estudiante de Derecho de la Georgetown University, Douglas Hedenkamp, que en 2000 investigó el informe y consultó la Biblioteca del Congreso y los archivos de la University of California Los Angeles. Su conclusión fue que Brown tenía razón.

Hoy esos títulos de crédito iniciales no son obligatorios pero entonces sí y cuando los tribunales dirimen cuestiones sobre copyright acatan la legislación vigente en la época; en este caso la de 1909. Este texto legal exige que la palabra copyright o su símbolo ha de ir "acompañada por el nombre del propietario del copyright", lo que según los expertos significa que ha de ir justo al lado. El tratado legal Nimmer sobre copyright indica que un copyright queda anulado cuando varios nombres crean incertidumbre y ambigüedad, y los tribunales así lo han corroborado en varios casos.

El avispado estudiante escribió a Disney para pedir explicaciones. Los abogados le respondieron inmediatamente que emprenderían acciones legales si seguía insistiendo en su interés, y Hedenkamp lo dejó. Sin embargo, el caso sigue siendo valorado en los circuitos académicos. "La ley y la equidad se alinean en el bando de la confiscación [de los derechos sobre Mickey Mouse]", ha señalado Michael J. Madison, decano asociado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pittsburgh. Advierte, sin embargo, de que "Disney tiene suficiente munición para disuadir hasta al litigante con mayores fondos, o hasta a los más comprometidos defensores del interés público, del intento de litigar por Mickey", añade.

ARCHIVO

Un poderoso gigante con dos caras

Disney controla muy de cerca las posibles violaciones de los derechos de autor pero lleva a cabo una gestión doble. Mientras reclama que algunos personajes como Bambi y Peter Pan pasen a ser de dominio público internacional, conserva un férreo control sobre Mickey Mouse. Se da la circunstancia de que muchos de los personajes más populares de la compañía, como Cenicienta, Pinocho, Pooh y Blancanieves, son creaciones de otros autores. Disney, sin embargo, restringe cualquier representación de estos conocidos dibujos animados. En varios litigios sobre su copyright, Disney ha esgrimido razonamientos tan arcanos como los que propone el texto legal de 1909.

Un caso conocido es el de Bambi, creado por el austriaco Felix Salten en 1923. El cuento se publicó por primera vez en 1923, en Alemania, aunque sin una patente de copyright, que por entonces y en aquel país no era necesaria. Tres años después, Salten la reeditó con la patente. En los años treinta, Disney adquirió los derechos para llevar la historia al cine en 1942. En 1954, sus herederos renovaron el registro del copyright original indicando correctamente la fecha de 1926. Más tarde, una pequeña editorial compró el personaje y en 1994 litigó con Disney por los royalties del ciervo huérfano. Los abogados de la compañía alegaron que el copyright de 1954 era nulo porque registraba una fecha tres años posterior a la original (1923). El juez les dio la razón y declaró que Bambi pertenecía al dominio público. Tras apelar, la sentencia fue revocada, pero el proceso ya había llevado a la editorial austriaca a la bancarrota.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_