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Martínez 'versus' Shakespeare

El Grec estrena una versión de Romeo y Julieta en la que ella es la protagonista absoluta

"Hace unos años Ricardo Szwarcer me preguntó que porqué no dirigía una obra de Rodoreda para el Grec. Yo le dije que, pese a que me encantaba como escritora, no podía dirigir un texto suyo, que si era de Shakespeare, sí", explica el actor y director Marc Martínez. Hoy Martínez estrena Julieta & Romeo, una de las obras cumbres del bardo inglés, en el Teatro Coliseum, después de más de año y medio de ensayos, dentro de la programación del Grec que dirige, por última vez, Szwarcer. "Un berenjenal, tal y como está el patio", asegura el director que en 2008 hizo de Quimet de La Plaça del Diamant de Rodoreda en el Teatre Nacional.

La historia de amor trágico entre dos jóvenes de familias opuestas sube por enésima vez a un escenario. La versión de Martínez "es intemproral, no he querida fidelizar la escena en una época exacta, tiene elementos contemporáneos, y del siglo XIX, pero pocas moderneces, que no me gustan nada", explica momentos antes de dirigir el último de los ensayos.

"Shakespeare es pasión, emoción y fluidos que vuelan". Según Martínez esta obra es una de las más representadas "pero todavía hay muchas personas que no la han visto nunca, sobre todo muchos jóvenes. Tengo muchos amigos que no han ido nunca al teatro. Me gustaría acabar con eso". En cuanto al hecho de que sea Julieta la que lleve el papel protagonista de la historia y no Romeo (no pasa desapercibido el cartel de la obra en la que los protagonistas recrean La Piedad de Miguel Angel). "Si miras las estadísticas, el público del teatro es femenino, no conozco ningún grupo de tios de 30 años que vayan al teatro, de tías sí". Pero va más allá. "Lo vi claro cuando acabé de releer la obra. Al final, es el propio Shakespeare el que pone a Julieta por delante de Romeo. Me dio un subidón porque comprobé que era lo que yo quería hacer", dice con pasión.

Para el director la obra no es "prehistórica", sino que está de plena actualidad. "Julieta tiene 13 años, su padre le ha planificado la vida. Esto, desgraciadamente sigue pasando, porque la familia, el patriarcado y la religión condicionan muchas vidas", comenta. De su experiencia con Shakespeare sólo tienes halagos. "He hecho muchas cosas, algunas solo por pasta, pero otras me salen del corazón, como esta. Shakespeare es como un padre del teatro, durante le proceso de adaptación he aprendido muchísimo, es una maravilla". Lo mismo sobre sus actores. "Carlota [Olcina] es una maquina en el papel de Julieta. Los 12 actores son maquinas. Están casi tres horas en el escenario y lo dan todo. Muchos han aprendido esgrima durante cuatro meses porque soy muy exigente con ellos. Si se han de morir en una pelea tienen que hacerlo de forma convincente en el escenario", asegura.

Para lo que no tiene halagos es para la situación actual que vive el teatro. "La obra es en castellano porque levantar una obra cuesta mucho y recuperar lo que inviertes mucho más. La mejor manera es poder viajar, y tras las representaciones en el Coliseum tenemos firmado, sin descanso, un mes en Madrid, en el teatro que dirige Mario Gas. Martínez asegura que le ha afectado negativamente la suspensión del Festival Shakespeare de Mataró en el que estaba programada su obra. "Es injusto el que suspenda un festival así después de nueve años; es una cacicada. No puede ser, lo extraño es que nadie haya protestado. Pintar las líneas del parking de festivales como el de Perelada vale más que organizar el festival de Mataró", concluye.

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