_
_
_
_
Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Manumission: del ron Nisu a Lady Vagina

La fiesta pretendidamente más sensual de Ibiza contada desde las profundidades de Amnesia

El eterno debate sigue abierto en Ibiza: ¿Son necesarias las macrodiscotecas como reclamo turístico? Al extranjero púber desde luego que le encantan. Sólo así es posible que cada noche, de igual un lunes que un sábado, templos nocturnos como Amnesia, Pachá, Privilege o Es Paradis se llenen en verano para sacarle todo el partido a la juerga. Y una de las fiestas por excelencia es la del colectivo Manumission, que pretende ser transgresor como ninguno con sus performances. Este viernes, y así hasta septiembre, varios cientos de turistas pagan religiosamente los 50 euros desde la apertura de puertas a las 12 de la noche en una educada cola de espera que puede alcanzar la media hora tranquilamente, El anglosajón es ya un pueblo acostumbrado a la disciplina previa al desmán. Italianos y españoles, que los hay, se especializan, en cambio, en tratar de entrar vía morro ya sea por jeta, amistades peligrosas o tan bien acompañados que sea imposible recibir un no por respuesta. Forzudos armarios de puerta son el filtro, los señores de los anillos, los que detentan el poder absoluto, los San Pedro del paraíso.

Porque es lo que promete el tour operador y la publicidad al público: una experiencia única, una experiencia Manumission.Todo este escenario previo se produce a la entrada de Amnesia, una discoteca cerrada el año pasado un tiempo por la autoridad competente a causa del libertinaje químico. Ahora hay más control,con las camisetas de Security que llevan dentro al cachas del año para controlar. Beber, lo que se dice beber, se bebe poco.

A 13 euros el llamado ron de la casa (marca Nisu, ni su p...), y que no se bebería un pirata, no todos se lanzan a la barra. Mandan las pistas de baile y los monolitos de este universo, los bafles, decorados con señorita o señorito haciendo sus contoneos. Se trata de ir calentando el ambiente para el esperado show, la exhibición pretendidamente friki de Manumission.

En la zona VIP, con cuadros expuestos por el italiano Sergio Ferrero (aquél que cruzó el atlántico en tabla de windsurf), los reservados ya no están copados por famoseo: son los jóvenes ingleses de papá (o sire) los que han pagado una fortuna para disfrutar de un sofá, botellas de ¡brandy!, y vistas insuperables al escenario/pasarela de la fauna que está a punto de ejercer su impostura zoológica nocturna.

Abre una cantante de ópera que ya llama la atención por su delgadez. Y porque está colgada de un columpio como en el circo Price. Asusta que se pueda caer. Siguen machotes en pañales, marineritas, un cantante de rap (¿?), travestis, chicas robóticas y personajes como Antonio de la Rosa, el mismo hombre de pelo en pecho que se ha implantado prótesis de silicona (tetas, vamos) para un experimento audivisual en el que se pasea llamando la atención por las calles mientras una cámara graba lasreacciones (alérgicas ante la sinrazón) del cuidadano de a pie.

La noche sigue, el ron ni pirata también, y se acercan las 03.30 horas, el momento cumbre, el supuesto éxtasis ambiental: Raquel Pin Up, conocida como Lady Vagina. Su aportación (y el término elegido va a ser el más adecuado posible) es profunda. Y no de garganta, Directamente de ahí va sacándose sin pudor una imitación de cuchillas de afeitar anudadas. Tira y tira y siguen saliendo. Más que excitación produce preocupación, no vaya a ser todo verdad y La Matanza de Texas tenga versión Eduarda Labiostijeras. Cámaras de televisión importalizan el momento, que hay medios de varios países, que esto es distinto, que esto es lo más, que hay gente que toma aviones para verlo. .

Acabada su cafrada (no es intención rimar), mona ella, eso sí, con su concha tapando el monte de Venus, la sala respira aliviada. Sexy no ha sido. ¿Bizarro? Quizás se haya conseguido impactar.

Toca ya escapar, con prisas, además. Y es momento de negociar un viaje en taxi ilegal, otra de las tensiones de moda esta temporada entre la sociedad local. El panorama incluye ingleses tirados en espera de autobuses salvadores que tardan y tardan, conductores que se arriesgan a evitar los controles y animosos que harán caminando el retorno a San Antonio o Ibiza, el puente aéreo de la isla. Noche Manumission en Amnesia. Seguirán llenando. Qué tiempos aquellos del Kú.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_