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Crítica:CINE - TOY STORY
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La madre de todos los 'dibus'

John Lasseter, el nuevo Rey Midas de Hollywood, ha usado el símil de la máquina de escribir y el ordenador para explicar el sentido último de su filme. Dice Lasseter que si antes escribíamos con máquina y ahora lo hacemos por ordenador, no cabe duda de que el nuevo útiles mucho más rápido y funcional que el antiguo, pero que no escribe solo: todo depende de lo que le metamos dentro para obtener buenos resultados. Porque de lo que me caben pocas dudas es de que, para bien o para mal, Toy story clausura una parte importante en la historia de la animación y abre un horizonte nuevo.Vaya por delante que la película, tiene numerosos puntos de interés. Uno es su guión, realmente inteligente, que incluye sentimientos, perfectamente humanos en seres parcialmente antropomorfizados: la envidia del vaquero Woody, el turbador complejo de identidad del desafiante Buzz Lightyear, el erotismo de la muñeca Bopy. Otro, el sentido endiablado del ritmo: desconoce quien esto firma cómo diablos se las ingenian sus responsables para hacerlo, pero la ficha técnica habla de "montaje" y adjunta el nombre de dos profesionales del asunto... a pesar de que el filme está enteramente generado por ordenador. Sea de una u otra forma, por corte como siempre, o por edición electrónica, lo cierto es que Toy story da muestras de un espectacular sentido del desarrollo dramático y una resolución en términos clásicos que para sí quisieran muchas convencionales cintas de acción.

Toy story (Juguetes)

Dirección: John Lasseter. Producción: Ralph Guggenheim y Bonme Arnold para Pixar / Disney, EE UU, 1995. Estreno en Madrid: Albufera, Colombia, Palacio de la Música, Amaya, Benlliure, Acteón, Juan de Austria, Novedades, Aragón, Florida, Aluche, Canciller, Vaguada y California (V. O.)

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"El ordenador no podrá reemplazar al actor"

Pero, ya está dicho, el filme se presta para otro tipo de comentarios, sobre todo de orden económico. A pesar de su alto coste en horas de trabajo -cuatro años-, Toy story no puede siquiera compararse con los que asume un filme tradicional: 110 personas en éste, más de 800 en cualquiera del estudio Disney; 45 millones de coste para El rey león, sólo (es un decir) 30 para éste.... y recaudaciones similares para uno y otro.

O dicho de otra forma, no caben dudas sobre el hecho de que el dibujo animado del futuro será por ordenador... aunque su calidad no sea la del dibujo tradicional, sus criaturas tengan una extraña cualidad incorpórea y nuestra costumbre de consumo visual esté más cercana a lo viejo que a lo nuevo.

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