Las aventuras españolas
XAVIER MORET La suerte de Pinocho en España, al igual que ha sucedido en otros países, ha sido objeto de una serie de ataques alevosos a su integridad por parte de adaptadores, mutiladores, versionadores y otros enemigos de la madera pinochiana. Hay también, y conviene destacarlo, varias ediciones fieles al libro original e incluso con ilustraciones clásicas de la época, algunas de ellas recientes, como las publicadas por Alianza (1972) y Anaya (1983).
El primer Pinocho de¡ que se tiene noticia en castellano nació con el siglo, en enero del 1900. Se llamaba Piñoncito o las aventuras de un títere y lo imprimió en Florencia la editorial Bemporad.
En España, la primera versión de Las aventuras de Pinocho se publicó en 1912, en la editorial de Saturnino Calleja de Madrid. El traductor es Rafael Calleja, hijo del fundador de la editorial, y las ilustraciones son de] artista Salvador Bartolozzi. Calleja sigue el texto de Collodi de manera más o menos fiel, pero se permite la licencia de adaptarlo al Madrid de la época.
La versión de Calleja tuvo de inmediato un gran éxito de público y Pinocho empezó a calar como personaje popular. Cinco años después, el dibujante Bartolozzi soltó amarras y se atrevió a dibujar y escribir una serie de 48 fascículos en los que inventa una continuación de las aventuras de Pinocho. El muñeco se maquilla para los más diversos papeles: futbolista, detective, navegante, emperador, viajero a la China, a la India, a una isla desierta, al país de Jauja... Nace el Pinocho españolizado. Para darle más posibilidades, Bartolozzi le añadió un enemigo fijo, Chapete, muñeco de trapo rechoncho.
En 1914, Juventud publicó una nueva edición de Pinocho en traducción de Marla Teresa Dini y con dibujos de J. Vinyals. Veinte años después, en 1934, la misma editorial publica la primera edición en catalán, en traducción de Maria Santdiumenge y dibujos de Vinyals. Esta es la primera vez que se edita en España una traducción fiel.
Dibujos Disney
A partir de 1940, con ocasión de la versión en dibujos animados de Walt Disney, se multiplicó el éxito de Pinocho. El mercado se inundó de versiones, generalmente adaptadas o mutiladas, y los dibujos clásicos cedieron el paso a los de Disney.
En 1972, Alianza rescató en su colección de bolsillo la edición original y realizó una edición fiel en traducción de María Esther Benítez Eiroa, con ilustraciones antiguas de Attillo Musino, considerado el ilustrador por excelenecia de Pinocho, y prólogo de Rafael Sánchez Ferlosio.
También en 1972 -a remolque de la película de Luigi Comencini con personajes de carne y hueso-, Ediciones Paulinas publicó una edición ilustrada con fotogramas de la película.
A partir del centenario del personaje, en 1983, se multiplicaron las ediciones fieles al original. Anaya publicó una traducción de José Golacheca. Otras ediciones completas son las de Bruguera (1982), Altea, Gaviota (1985) y Juventud (1982).
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.