"Con 'Gordos' he querido llegar hasta el límite y sobrepasarlo"
"Es bastante peregrino pero si insistes... Iba yo un día en tren, aún estaba con la música de Azuloscurocasinegro y vi un cartel de una película de José García, el actor francés. Lo vi y pensé: 'Debería trabajar con este tío, pero está muy gordo'. De repente me vino a la cabeza lo de hacer una peli sobre ello y apunté en mi libreta 'Una historia de gordos'. Naturalmente, cuando llegó el momento José García había adelgazado y ya no me servía [risas]. Pero aún así, aquí me tienes". Daniel Sánchez Arévalo (Madrid, 1970) resume así el momento en que Gordos empezó a cocerse en su mente, pocas horas después de que su última película se haya presentado en la Mostra.
El realizador acude a Venecia (en la sección Jornadas de autor) después de haber encajado un huracán de alabanzas por su ópera prima, Azuloscurocasinegro: "Es un arma de doble filo. Como mi primera película funcionó tan bien, eso genera interés y dispara las expectativas, pero yo me sigo sintiendo un niño y sólo es mi segunda película. Siento que soy un crío al que están tratando como a un adulto. Un poquito de calma, ¿no? No es que reniegue de ello pero que es normal que pueda cagarla en algunas cosas. ¡Que estoy en mi película número dos!" cuenta Sánchez Arévalo entre risas. Añade una cuota de pragmatismo a su discurso: "Me encantaría que fuera un éxito bestial de crítica y público, ya que por querer lo quiero todo. Aunque si tuviera que elegir, que es algo difícil, escogería lo del público. Yo hago cine para el público, y sin renunciar a mi autoría y a contar mis historias, creo que sería una frivolidad olvidar que hay alguien que va a pagar por ir a ver la película al cine. Y naturalmente, esperar que les guste, pero con eso: con absoluto respeto al espectador".
El madrileño, que se define "vulnerable y eternamente insatisfecho" reconoce que "tenía una necesidad casi primaria" de alejarse de su primer largometraje y hacer algo completamente distinto. "Con Gordos he querido llegar hasta el límite y sobrepasarlo. Es algo que sentí que debía hacer durante todo el rodaje. ¿Que cómo sabía donde estaba el límite? Pues no lo sé, sinceramente, creo que algunos pensarán que he logrado mantener el equilibrio y otros que me he pasado".
Babelia
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