Enrique Morente sube por última vez la cuesta del Albaicín
Su hija Estrella canta una desgarradora 'Habanera imposible' en la despedida
Escalofríos morentianos, ayes desconsolados, un pellizco abrumador y el retumbar de un hondo quejío tomaron ayer las calles de Granada en la última despedida de la ciudad que vio nacer en 1942 a Enrique Morente, fallecido el lunes en Madrid. De allí había llegado el féretro por la mañana. La poesía, siempre tan cara al Ronco del Albaicín, y el cante de su hija Estrella pusieron la honda emoción a una jornada que se cerró con el entierro del artista flamenco en el cementerio de San José, en las inmediaciones de la Alhambra. Para Enrique Morente, más que un monumento, todo un estilo de vida, bohemio y revolucionario, al que tanto cantó.
En la inmensa escenificación de dolor a la que se entregó Granada, no faltaron los vecinos de su barrio del Albaicín. Acudieron al teatro Isabel la Católica de Granada para darle su último adiós.
Laura García Lorca recitó dos poemas de su tío con voz entrecortada
Al cierre de la capilla ardiente y en una despedida íntima, Estrella cantó ante el féretro de su padre Habanera imposible del también granadino Carlos Cano. "Granada no tengas pena de que el mar sea tan inmenso, tú eres la novia del aire, la de la sombra de plata, la del almendro", entonó con desgarro. "Ay, empieza el llanto de la guitarra, llora como el viento sobre la nevada. Ay, inútil callarla, es imposible callarla". Y entonces Estrella y sus hermanos se fundieron con su madre Aurora Carbonell en un abrazo sobre el féretro. Se sumaron otros familiares y el patio de butacas se puso en pie.
La poesía de Federico García Lorca también resonó con eco doliente. Su sobrina Laura, recitó Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y De pronto, que el poeta dedicó a su hermano. Los versos sonaron con voz entrecortada. En el acto también participó el poeta Luis García Montero para despedir al cantaor: "Enrique, qué difícil despedirse de ti, las palabras no son suficientes, no es posible nombrar el vacío, la desolación. Has muerto lleno de vida, de fuerza, siendo manantial".
Al término, la comitiva, escoltada por miembros de la Policía Local vestidos de gala, salió en dirección al cementerio de San José. Subió por Cuesta Gómerez, que habitualmente está cortada al tráfico y donde cientos de granadinos quisieron ver por última vez al cantaor. Fue, según explicó el Ayuntamiento, que decretó el lunes tres días de luto, por deseo de la familia; el cuerpo de Enrique Morente enfilaría así por última vez el monumento al que tanto cantó y amó. Poco antes de las seis de la tarde y en presencia de familiares, amigos y artistas -como Miguel Ríos, Farruquito, Chiquetete o Marina Heredia- fue enterrado en un panteón del patio de San Antonio.
En ese último adiós, Juan José Cortés, padre de la niña Mari Luz y pastor evangélico, le dedicó una oración. Cientos de personas se acercaron hasta el cementerio a despedir al cantaor. Entre ellos, "hecho pedazos" estaba su vecino y amigo Curro Albaicín, Jota, de Los Planetas o Antonio Arias, líder de Lagartija Nick, con quien firmó el brillante y experimental Omega.
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