_
_
_
_
Tribuna:EN CONTRA DE LA PROHIBICIÓN | Los toros, a debate
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Coherencia política

Septiembre de 1988, Pasqual Maragall, como alcalde, impuso la Medalla de Oro al Mérito Artístico de Barcelona al torero catalán Joaquín Bernadó.

Abril de 2004. El pleno del Ayuntamiento declara Barcelona Ciudad Antitaurina.

Febrero de 2008. Abatidos en el barrio de Montbau de Barcelona al menos 20 jabalíes de la extensa colonia de dichos mamíferos que habita la Serra de Collserola por orden del Departament de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat de Catalunya llevada a cabo por agentes forestales protegidos por Mossos d'Escuadra.

Abril de 2010. La Agencia de Salud Pública de Barcelona convoca concurso público para adjudicar los trabajos de aniquilación de 65.000 palomas de dicha ciudad por un montante de euros 120.000. A razón, más o menos de 1.84 euros / paloma muerta.

En Cataluña el asunto antitaurino ha sido y es un mero politiqueo con tufo identitario
Más información
Última estocada en Cataluña

Diciembre de 2009. El Parlament de Catalunya admite a trámite la Iniciativa Legislativa Popular para acabar con las corridas de toros en Catalunya.

Febrero 2010. La Comisión de Cultura del Parlament de Catalunya se dispone a iniciar los trabajos de blindaje de los llamados Correbous de las Terres de l'Ebre en nombre de su tradición y arraigo.

Marzo 2010. Comparecencias ante la Comisión de Medi Ambient i Habitatge del Parlament de Catalunya de taurinos y antitaurinos a fin de informar antes de la votación final para la abolición o no de las corridas que debe llevarse a cabo como muy tarde el 15 de julio del mismo año.

Más allá de argumentaciones teóricas, filosóficas o técnicas, el relato de los hechos que antecede estas líneas deja meridianamente claro el grado de coherencia cero en la actuación de los poderes públicos en sus intervenciones para regular las normas de conducta (humanas, ¿no?) que deben regir las relaciones entre humanos y animales en Catalunya. Patente queda para la historia que según quién, cómo, dónde, cuándo y con quién mande, las actuaciones son unas u otras, siempre muy por encima de la preservación de los presuntos derechos de los animales que, de existir, han sido siempre a conveniencia y discrecionalidad del poder (humano).

¿Debe un Parlament cerrar y dejar fuera de la ley un negocio privado que contiene una tradición centenaria, ofrece una actividad artística de primer orden y es la gran afición de miles de ciudadanos por el hecho de que en él interviene un animal? Yo creo que no, por una simple cuestión de libertad y de respeto a la minoría que encuentra en los toros su ilusión, palabra mágica en los tristes tiempos que corren. Y aspiro a que, visto lo visto con jabalíes y palomas -por no citar ratas, moscas, peces y canarios- el político responsable no salga con que hay que prohibir la corrida porque el animal sufre y muere. Sería un ejercicio más de hipocresía y cinismo político como lo es bastante el blindaje del correbou.

En Catalunya el asunto antitaurino ha sido y es un mero politiqueo con tufo identitario por más capas de maquillaje vegano que le den. Capaces son los políticos de prohibir los toros queriendo hacernos creer que sin toros seremos más buenos catalanes y mejores personas. Pero con la lista de incoherencias, hipocresía y doble moral con que la historia nos contempla, en eso tampoco les vamos a creer. Y si lo hacen crecerá más la tan temida -por ellos- desafección entre la calle y la política. Después que no se quejen.

Salvador Boix es el apoderado de José Tomás.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_