Balada artística de la ciudad sin fronteras
La misión de Los Ángeles defrauda en Ifema pero florece en espacios satélites
El sol y las palmeras, el culto al cuerpo, el rock y sus excesos, el mundo visto desde un automóvil, lo mejor y lo peor de la civilización, y esa despreocupación surcaliforniana que hace que todo sea más fácil. Los Ángeles es la insólita protagonista de esta edición de Arco. ¿Una elección arriesgada? ¿O un acierto?
Ciudad de indudable potencial creativo (John Baldessari, Doug Aitken, Ed Ruscha, Hockney...) pero mercado algo endeble, Los Ángeles solía ser ese sitio en el que el mejor consejo que un estudiante podía recibir era: "Múdate a Nueva York". Pero las cosas han cambiado, y así han venido a demostrarlo los galeristas invitados a Arco y los centros que por toda la ciudad se han volcado con el reto de retratar una megalópolis cientos de veces filmada y, sin embargo, desconocida.
Miles: "Es un lugar extraño para vivir, donde las huellas se borran"
Dentro del recinto de Ifema, las expectativas eran altas. Y han resultado algo defraudadas. La reputación precedía a los comisarios encargados de escoger las 17 galerías: Kris Kuramitsu, experta en creadores del sur de California y de la emigración africana, y Chistopher Miles, reputado teórico del arte. Ambos habían advertido que la lista de artistas no sería exhaustiva, pero que el panorama mostraría la esencia del bullicio creativo de la ciudad. O no se ha podido traer lo más rompedor o el bullicio es escaso.
Olga Garay, el equivalente a concejal de cultura del Ayuntamiento de los Ángeles, advertía el jueves que el que fuera buscando el colorido y vitalidad de los artistas latinos, muy presentes en esas galerías, se iba a confundir: "Los Ángeles es una mezcla de identidades que va mucho más allá".
La esencia de lo que se ha querido mostrar acaso resida estos días en Regen Projects, galería de Beverly Hills cuyas piezas claves son un Raymond Pettibon inusualmente grande y colorido y las fotografías de otra estrella del arte angelino, Catherine Opie.
William Leavitt, el último David Hockney, varios ensamblajes de Ed y Nancy Reddin Kienholz, obras de gran formato de Rebecca Campbell y Pearl C. Hsium o las imágenes manipuladas de Dean Sameshima completan la oferta de Los Ángeles en la feria.
Fuera de ella, el asunto adquiere un tono más soleado con exposiciones, performances y una estimulante programación cinematográfica. Entre todas ellas, destaca la muestra en la sede madrileña del Instituto Cervantes, L. A. Invisible City, también de los comisarios Miles y Kuramitsu. "Es un lugar extraño para vivir, a diferencia de Europa, que convive con los vestigios de su historia, Los Ángeles ha borrado sus huellas", explica Miles.
Presentan una selección de 15 obras de 10 artistas para resumir lo más destacado del panorama creativo de la ciudad estadounidense, que reivindica su propia consideración como centro artístico con características únicas. "Esta muestra es engañosamente sencilla porque, aunque no hay muchas obras, todas muestran una visión multifacética que refleja la realidad de la ciudad. Los Ángeles es una ciudad que supera sus fronteras constantemente, cambia su núcleo y sus límites, siempre hay algo que se mezcla, que invade, siempre está mutando", apunta George Stolz, comisario técnico de la exposición.
Daniel Joseph Martínez juega con los significados de la palabra y su contexto en el gigantesco mural que cuelga de la fachada del Instituto Cervantes. Mark Bradford usa el collage como método y como metáfora. Adrià Julià, artista español afincado en Los Ángeles, expone su trabajo Notas sobre la Oh perdida, en la que reflexiona sobre Hollywood y el cine reconstruyendo las vicisitudes de una película que nunca llegó a distribuirse. Rubén Ochoa resume en su instalación Infracted expansión la competencia entre naturaleza y progreso en una ciudad en la que las arboledas han sido sustituidas por autopistas.
La reflexión sobre el proceso de urbanización de Los Ángeles se recoge también en la exposición Los Ángeles, de Julius Shulman, uno de los grandes fotógrafos de arquitectura. La muestra se aloja en la Sala Canal de Isabel II.
Babelia
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