Parábola de Cain y Abel
Tal vez porque la mayoría de las películas españolas son comedias, sobre todo las que, como ésta, están dirigidas por debutantes, porque Fernando Colomo, uno de los grandes representantes de la denominada comedia madrileña, es uno de los productores, parecía que Mi hermano del alma iba a ser otra "comedia de ejecutivos" más o menos al uso, pero pronto se descubre que se desliza por nuevos y más atractivos vericuetos.Mi hermano del alma narra la historia de dos hermanos, uno trabajador y serio, el otro vago y jugador, sucesivamente casados con la misma atractiva mujer. Aunque en principio se plantea en tono de comedia, progresivamente se convierte en una tragedia de complejas consecuencias.
Mi hermano del alma
Director: Mariano Barroso.Guionistas: Mariano Barroso, Joaquín Oristrell. Fotografía: Flavio Martínez Labiano. Música: Bingen Mendizábal. España, 1993. Intérpretes: Juanjo Puigcorbé, Carlos Hipólito, Lidia Bosch, Juan Echanove. Estreno en Madrid: cines Palacio de la Música, Novedades, Cartago, Aluche y Renoir (Plaza de España).
Tras un prescindible prólogo en blanco y negro ocurrido 10 años atrás, se cuenta la parábola de dos hermanos, cómo Caín irrumpe en la apacible vida de Abel con la intención de recuperar a su ex mujer y arrasarlo todo. La pareja se ve obligada a convivir con él y acaba arrastrando a su hermano al crimen, al mismo tiempo que destruye su matrimonio.
Desarrollada en buena parte durante un viaje de venta de seguros por las costas catalanas, el filme mezcla con habilidad la comedia y el drama, pasa con facilidad de uno a otro género, dentro de un eficaz guión con estructura policiaca que apenas muestra agujeros en su desarrollo dramático.
Basada en una historia de Joaquín Oristrel y el propio realizador, esta primera película del director de teatro Mariano Barroso muestra una gran habilidad para cambiar de registro, algo muy difícil de hacer en cine, y sobre todo una gran capacidad para dirigir actores.
Complejo trabajo
Juanjo Puigcorbé, que de un tiempo a esta parte protagoniza muchas películas españolas, hace un complejo trabajo, siempre a punto de pasarse, al dar vida al hermano malo, al Caín de la parábola. Frente a Carlos Hipólito, que por primera vez encarna a un protagonista en cine, que está excelente en el menos lucido papel del hermano bueno el sufrido Abel. Entre ellos Lidia Bosch se muestra a la altura de las circunstancias, en la que posiblemente sea la mejor de sus interpretaciones. Sin olvidar a Juan Echanove en un breve, pero eficaz papel secundario.De forma que Mi hermano del alma, sin apartarse por completo de los esquemas de lo que podría definirse como "comedia de ejecutivos", con lo que esto supone de personajes que viven al margen de la realidad cotidiana tanto por los ambientes en que se mueven como lo que les ocurre, abre una nueva y necesaria vía de escape hacia otros planteamientos ligeramente diferentes con lo que esto supone de liberación para el cine español en general y esta producción en concreto.
Babelia
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