Melodrama en Oxford
Después de una larga carrera como actor durante los años sesenta, el británico sir Richard Attenborough primero se convierte en productor y posteriormente en director de cine. Esto le lleva a realizar nueve películas en 25 años, entre ellas Gandhi (1982), A chorus line (1985) y Chaplin (1992).En esta ocasión parte de ciertos aspectos biográficos del gran escritor británico C. S. Lewis (1898-1964) para hacer un sólido melodrama ambientado en Oxford durante los años cincuenta. Sin duda, se trata de la mejor de sus películas; cuenta con un buen guión y una excelente pareja de protagonistas, el inglés Anthony Hopkins y la norteamericana Debra Winger.
Interesado por las peculiares relaciones entre el escritor católico especializado en narraciones de misterio C. S. Lewis y la poetisa norteamericana Joy Gresham, el guionista William Nicholson escribe en 1985 un programa para televisión que, convertirá cuatro años después en una obra teatral de enorme éxito y, posteriormente, lo transformará en la película Tierras de penumbra.
Tierras de penumbra
Director: Richard Attenborough.Guionista: William Nicholson. Fotografía: Roger Pratt. Musica: George Fen. Reino Unido, 1993. Intérpretes: Anthony Hopkins, Debra Winger, Edward Hardwicke, Joseph Mazzello, Michael Denison, John Wood. Estreno en Madrid: Palacio de la Música, Tívoli, Aluche, Alcalá Multicines, Renoir.
El interés de la historia reside en el encuentro casual de dos personas en principio muy diferentes, pero que no tardan en encontrar puntos de contacto y vivir una particular historia de amor desde el momento en que descubren que uno de ellos está gravemente enfermo, que puede morir en cualquier momento. Y está planteada como el constante enfrentamiento de dos actores de primera categoría.
Con una cuidadísima reconstrucción de los ambientes universitarios de Oxford, Richard Attenborough sabe manejar el enfrentamiento entre el retraído profesor universitario y la extravertida divorciada que llega desde Estados Unidos para conocerle en unión de su hijo, atraída por lo mucho que le gustan sus libros, pero sobre todo dirige con muy buena mano a sus muy diferentes intérpretes.
La encarnación de C. S. Lewis por Anthony Hopkins se sitúa entre sus mejores y más sentidos trabajos y la creación de Joy Gresham por Debra Winger es una de las más atractivas de su filmografía.
A pesar de todo, Richard Attenborough no sabe o no quiere ocultar el origen teatral de la historia .Más grave resulta que sea demasiado larga, tarde mucho en empezar y tenga una premiosa primera parte, para luego subir en interés hasta alcanzar un final de gran melodrama.
Babelia
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