El alzhéimer y otros males
En la última década se ha instalado en la producción cinematográfica española una suerte de película a medio camino entre el cine social presuntamente reivindicativo y el melodrama sentimental, a la que, sin embargo, le falta cuerpo para cuajar en cualquiera de las dos vertientes. Por un lado, la temática suele centrarse en algunos de los grandes temas sociales del momento, pero el superficial dogmatismo que las domina nunca provoca el debate, no hay garra suficiente para ser verdaderamente polémico. Por otro, entre la ausencia de creatividad y el exceso de buenas intenciones, las historias adolecen de un adocenado sentimentalismo incapaz de provocar emoción.
Trabajos tan bienintencionados como seguramente lo es Amanecer de un sueño, opera prima del castellonense Freddy Mas Franqueza, estudiante de cine en Alemania, que habla, entre otros asuntos, del abandono familiar, del alzhéimer, de la especulación inmobiliaria, de las dificultades de los jóvenes para independizarse y hasta de la verborrea pueblerina, pero que, sin llegar a ser enervante, solo se alimenta de lugares comunes. Con temáticas como estas, o produces desazón, dolor y pánico, o la tristeza del relato nunca superará la barrera de lo mustio. Porque entonces, a pesar de haber ganado un par de premios del público en festivales internacionales de categoría media-baja, el mercado se olvidará de tu película (esta llega dos años tarde), o simplemente se quedará diluida entre tantas.
AMANECER DE UN SUEÑO
Dirección: Freddy Mas Franqueza. Intérpretes: Héctor Alterio, Alberto Ferreiro, Mónica López, Sergio Padilla.
Género: drama. España, 2008. Duración: 100 minutos.
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