Alas de horror, espoleta de disculpa
Avanza la iniciativa de ERC para que el Parlament reclame a Italia que pida perdón por los brutales bombardeos aéreos de Barcelona en la Guerra Civil
Barcelona
"Tenía siete añitos cuando llegaron los aviones, veía caer las bombas y lloraba". Rosa Querol cumplió 82 años el pasado día 17. Vecina del Poble Sec, fue testigo de los tremendos bombardeos italianos sobre Barcelona durante la Guerra Civil. Pronuncia Rosa el nombre de Mussolini con el rencor acumulado todo este tiempo, así que puede imaginarse con qué contento acoge la noticia de la propuesta de ERC de que el Parlament reclame al Gobierno italiano una disculpa al pueblo de Cataluña por los ataques aéreos a la capital catalana. "Es lo mínimo que pueden hacer, pedir perdón", opina; "hicieron mucho mal". Y añade: "Que se recuerde". Ella lo recuerda "como si fuera ahora, un espanto": las bombas incendiarias, el inmueble que se vino abajo en su calle, las carreras al refugio con la muñeca en la mano...
"Que pidan perdón", reclama una testigo de los ataques, de 82 años
1.808 edificios fueron afectados y murió la jirafa del zoo
Los fascistas tenían un bombardero magnífico, el Savoia Marchetti S.79
Mussolini quería que se les asociase al horror y no a las mandolinas
Los bombardeos fascistas, en su inmensa mayoría llevados a cabo por los italianos de la Aviazione Legionaria radicada en las Baleares, mataron en Barcelona a más de 2.700 personas y dejaron a unas 7.000 heridas. La ciudad tuvo el dudoso honor de adelantarse a las grandes urbes martirizadas desde el aire: Varsovia, Coventry, Londres, Dresde, Hamburgo, Hiroshima. El propio Churchill reconoció la preeminencia de Barcelona en el dolor y la resistencia al citar a sus ciudadanos como ejemplo para los británicos durante la batalla de Inglaterra. El primer ataque a la capital catalana con víctimas mortales tuvo lugar el 13 de febrero de 1937 y el último el 25 de enero de 1939. En total hubo 385 alarmas, se lanzaron un millón de kilos de explosivos sobre la ciudad y se produjeron 1.903 impactos de bombas. Resultaron afectados 1.808 edificios civiles. La Barceloneta quedó devastada. Incluso murió la jirafa del zoo (los vecinos aprovecharon para comérsela).
Los italianos disponían en su variada panoplia aérea de un aeroplano magnífico para la pionera actividad de machacar ciudades: el Savoia Marchetti S.79, una novedad decisiva para el tipo de guerra desde el cielo que preconizaba Mussolini, ese adelantado.
A muchos kilómetros de distancia del Poble Sec, en Marraquesh, el escritor Juan Goytisolo valora también la noticia de la iniciativa parlamentaria. Como es sabido, la madre de los Goytisolo, Julia Gay, falleció a resultas de uno de los peores bombardeos italianos, el 17 de marzo de 1938. Del 16 al 18 de marzo se desarrollaron (véase Perill de bombardeig, de Santiago y Elisenda Albertí, 2004) los llamados tres días sangrientos, el Adlertag del Blitz barcelonés, 12 aterradores bombardeos masivos seguidos que causaron 670 muertos, ¡el 15 % del total! "El bombardeo de Barcelona es el equivalente en Cataluña del de Gernika", dice el escritor. Juan Goytisolo (1931) no guarda recuerdos personales de los ataques. "Estábamos refugiados desde el 37 en Viladrau, mi madre bajaba a Barcelona a ver los parientes y hacer algunas compras y ese día, cuando caminaba por la Gran Via entre Balmes y el paseo de Gràcia, la alcanzó una de las explosiones". A Goytisolo que se le pida a Italia que se disculpe le parece no un asunto sentimental, sino "una cuestión de justicia histórica".
La siguiente voz es del bando de los verdugos y llega de la lejanía del tiempo. Es la del conde Ciano, yerno de Mussolini y ministro de Asuntos Exteriores italiano de 1936 a 1943. En sus Diarios (Crítica, 2004) escribe en la entrada del 20 de marzo, ante el espanto y la indignación provocados en Europa por los bombardeos de Barcelona: "Mussolini no se ha preocupado demasiado, al contrario, se ha mostrado satisfecho por el hecho de que los italianos consigan suscitar el horror por su agresividad en vez de complacencia con sus mandolinas". Al Duce le parece estupendo devastar Barcelona: "A su modo de ver, hace que los alemanes nos tengan mayor consideración, puesto que gustan de la guerra total y despiadada". Ciano confirma que los bombardeos de Barcelona fueron ordenados directamente por Mussolini. "Franco no sabía nada y ayer me pidió que los suspendiera debido a complicaciones con el extranjero", escribe de los tres días sangrientos de 1938. La acción se desencadenó con el telegrama enviado al general Velardi el día 16: "Iniziare da stanotte azione violenta su Barcelona con martellamento diluido nel tempo". Parece mentira que se pueda desencadenar tanta muerte y dolor con un lenguaje en el que resuenan Petrarca y Al Bano...
La iniciativa de pedir una disculpa a Italia tiene una especial significación porque proviene originalmente de colectivos de italianos que residen en Barcelona. "Son gente mayormente de izquierda, la asociación Altra Italia, que querían hacer algo, que consideran los bombardeos un hecho vergonzoso en la memoria histórica de su país", explica el diputado de ERC Oriol Amorós. La propuesta parlamentaria de ERC ha pasado el plazo de presentación de enmiendas y podría entrar en comisión dentro de un mes. La disculpa que se pide a Italia es de tipo moral. No incluye la reclamación de indemnización alguna.
Rolando d'Alessandro, portavoz de Altra Italia, recuerda que la idea de pasar cuentas a Italia por los bombardeos viene de lejos y ha revestido diversas formas. Ya hubo, apunta, una iniciativa similar en el Parlament en 1999, que tuvo un final curioso: se aprobó en comisión, pero nunca se consumó, pues se adujo vicio de forma. Para los italianos de Altra Italia es fundamental recordar el fascismo y sus actos sanguinarios en una época de peligroso revisionismo.
El historiador Ricard Vinyes considera la iniciativa "excelente". ¿Se puede hacer que pida perdón y pague la Italia democrática por lo que hizo la fascista? "Por supuesto, es la continuidad del Estado. El Gobierno alemán lo ha hecho, se ha disculpado y ha concedido indemnizaciones por los actos nazis". Vinyes subraya la atrocidad de los bombardeos italianos. El historiador recuerda la imagen de la cabeza de mujer empalada en las rejas de la universidad por la violencia de las explosiones y la bárbara muerte de niños en Sant Felip Neri, donde aún puede apreciarse el impacto de la metralla, metralla italiana.
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