Buen bocado para la dirección
Cómo sacar rentabilidad a la inversión en liderazgo
Podría dar una lección de cocina. De hecho, empezó a relacionarse con los fogones a los ocho años, estudió para ser un buen chef y practicó en varios restaurantes. Pero esa no es más que una parte de su historia. Podría dar una lección sobre técnicas de liderazgo, pues Douglas McEncroe es un especialista en enseñar a los directivos herramientas para que mejoren la gestión de sus compañías y de las personas que trabajan en ellas. Esa es otra parte de su historia, en la que lleva trabajando los últimos veinte años.
Pero el coach australiano, lejos de dar lecciones, prefiere transmitir los métodos que han sido eficaces a lo largo de su trayectoria tanto para triunfar en la mesa del comedor como en la mesa del comité de dirección. En su libro mezcla la cocina y el liderazgo a fin de elaborar la mejor receta para sus comensales: los altos ejecutivos de las empresas.
COCINANDO LIDERAZGO. LOS MEJORES INGREDIENTES PARA LA MEJOR DIRECCIÓN
Douglas McEncroe
Ediciones Deusto
ISBN 978-84-2342774-1
El mensaje de este libro es claro: para conseguir que las organizaciones empresariales sobrevivan en este mundo global en el que estamos inmersos deben transformarse continuamente, someterse a una metamorfosis permanente en la que el liderazgo es la pieza estratégica. Y para que esa pieza esencial funcione debidamente en las compañías, estas tienen que alinear su estrategia de negocio, su cultura organizacional, sus políticas internas y su propio liderazgo. "Igual que la cocina, es la combinación la que produce resultados", asegura.
Con ese mensaje como telón de fondo, la obra aborda en el primer capítulo cómo la mise en place, esa preparación culinaria francesa que anticipa buenos resultados en la mesa, es igual de necesaria en los fogones que a la hora de abordar un programa de liderazgo. Permitirá ahorrar a las empresas, que no tiren su inversión.
Los caldos protagonizan el segundo capítulo. Y hacen las veces de la comunicación en las organizaciones, de las conversaciones con distintos interlocutores de la empresa que permiten identificar cuáles son los valores de la cultura de una compañía que los practica, pero de forma inconsciente. El caldo es la esencia, lo mismo que la detección de los problemas de la empresa, los cambios que necesita y los métodos para realizarlos son la parte intrínseca del programa de liderazgo.
Llegados al primer plato, es decir, a la puesta en marcha del plan ya diseñado, la cuestión básica es seducir para retener la atención de los comensales. Lo mismo que la comunicación con la que los directivos de la compañía que comienza su programa de liderazgo tienen que implicar a quienes van a formar parte de él. Explicarles el proyecto, su porqué y qué se espera de ellos. Aunque es en los segundos platos donde un buen chef se la juega. McEncroe compara los platos fuertes con los ingredientes necesarios de todo programa de liderazgo. Habla de cómo sacar el máximo provecho a la inversión que realiza una compañía para alinear a sus directivos en torno a un propósito conjunto.
Y llega a los postres. Esto es el coaching desde su punto de vista, una disciplina que debe integrarse en el proyecto. Y, después, al toque maestro del cocinero: las especias y salsas, que representan la implicación del comité de dirección de la compañía en el programa que ha puesto en marcha.
Para ayudar a que cada mensaje cale entre los lectores, el autor ofrece al final de cada capítulo una serie de consejos prácticos, tanto para las artes culinarias y su maridaje con el vino como para los aspectos primordiales a desarrollar en la gestión de un directivo. Y pone ejemplos de empresas españolas que los han desarrollado, como Vodafone (cuyo presidente prologa el libro), Europcar o Zurich Seguros. Tome nota de sus ingredientes. -
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