Tesla gana 2.690 millones de euros con la venta de derechos de emisión de carbono

La compañía de coches eléctricos Tesla, propiedad de Elon Musk, ha registrado ingresos récord por la venta de derechos de emisión de carbono. La empresa del hombre más rico del mundo y actual responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental de los Estados Unidos, ha facturado una suma de 2.690 millones de euros con la venta de estos durante el 2024, según datos publicados por la compañía este miércoles. Los derechos de emisión de carbono son comercializados con otras empresas del sector automotriz tradicional para las que, ante el incumplimiento de los objetivos de descarbonización de la industria, es más rentable comprar estos derechos que pagar multas.

El mercado de derechos de emisiones es una estrategia adoptada por los gobiernos como el de China, los países miembros de la Unión Europea y algunos estados de los Estados Unidos para penalizar a las compañías que superan las emisiones de carbono permitidas. El objetivo: incentivar la disminución de emisiones de gases de invernadero y hacer más competitivas a las empresas orientadas a la venta de productos y servicios que garanticen la transición ecológica. El intercambio de estos derechos es un procedimiento legal que permite a empresas como Tesla comercializar sus excedentes.

Según el Informe del Mercado de Carbono de la Comisión Europea 2024, que analiza el sistema de comercio de derechos de emisión en la región, en 2023 se registró una bajada histórica del 16,5% de las emisiones producidas por instalaciones fijas gracias a la producción de energías limpias. Estos datos, expone el informe, ubica a los niveles de emisiones fijas en un “47,6% por debajo de los valores de 2005″, cuando se incorporó la medida. De seguir la tendencia, los objetivos proyectados para 2030 de reducirlas en un 62%, se cumplirían. Algo que, según la Comisión Europea, “confirma la efectividad y eficiencia del régimen de comercio de derechos”.

En el caso de la industria automotriz, la agencia Carbon Credits ha señalado que, en 2025, las multas por el exceso de la venta de coches de combustión podrían alcanzar los 300 millones de euros por punto porcentual sobrepasado. Es por esta razón que se han formado dos grandes agrupaciones en el mercado. Una liderada por Tesla, donde hay compañías como Ford, Mazda, Toyota o Stallantis; y otra liderada por Polestar, del grupo Volvo, donde hata el momento, solo está Mercedes Benz. Estas uniones ahorrarán onerosas multas a los fabricantes: un total de 15.000 millones de euros a toda la industria, según especificó el consejero delegado de Ranault, Luca de Meo, el pasado septiembre en una entrevista con la cadena France Inter.

Javier Andaluz, responsable de energía y cambio climático de Ecologistas en Acción, explica que lo que hace la compañía de Musk en Europa es “aprovecharse de una indefinición normativa”. Y argumenta: “En la Unión Europea no es posible hacer una compra tan directa de bonos de carbono, salvo dentro de las propias empresas”. Lo que hace Tesla al unirse a otras corporaciones que no producen solamente coches eléctricos es permitirse, “midiéndose las medias de emisiones, comercializar internamente” los derechos sobrantes, explica Andaluz.

En los últimos cinco años, Tesla ha facturado aproximadamente 9.000 millones de euros comerciando sus derechos de emisión. Pero esta no es la única medida de transición ecológica de la que se beneficia la empresa. Durante la administración de Joe Biden, las personas que compraban un coche eléctrico eran bonificados con un subsidio de 7.500 dólares (unos 7.200 euros). Durante su campaña, el actual presidente, Donald Trump, de cuya administración Musk forma parte, dijo que acabaría con todos los subsidios destinados a la movilidad eléctrica. En julio pasado, Musk apoyó públicamente al republicano en una declaración en su cuenta de X: “Quiten los subsidios. Solo ayudará a Tesla”. Y concluyó: “También eliminen los subsidios de todas las industrias”. Sin embargo, todavía no está claro si el presidente tienes las facultades para revocar estas ayudas, ni cuánto interés tienen los líderes de la industria en volver hacia atrás.

Respecto a esto, Andaluz sostiene que existe “muchas paradojas e hipocresías”, y pone como ejemplo el caso de SpaceX, la otra compañía de Elon Musk, destinada a fabricar cohetes. El Departamento de Eficiencia Gubernamental que dirige el magnate en en gobierno de Trump, se propone “reducir el estado, pero luego SpaceX tiene como objetivo convertirse en contratista” de los servicios espaciales de Estados Unidos.

A pesar de la fuerte inclinación del gobierno estadounidense por apoyar la producción de coches de combustión, el propietario de Tesla sostuvo durante una conferencia con analistas este miércoles que no se puede “parar la llegada de los coches eléctricos”. Y argumentó que lo “único que los frenaba es su autonomía y es un problema resuelto”.

La agrupación que lidera Tesla en el mercado de derechos de emisiones estima ingresos en torno a los 1.000 millones para 2025, según ha recogido el portal de información de negocios Bloomberg. Tanto los resultados de los últimos años como estas nuevas estimaciones van a contramano de lo que el exdirector de finanzas de la compañía, Zachary Kirkhorn, había sugerido en 2020: que la empresa no debía apoyarse tanto sobre estos ingresos porque irían en disminución. A esto habría que sumar las proyecciones de venta de la compañía, que en 2024 registraron una caída del 1%.