‘24 SIETE’, el cortometraje candidato al Goya que visibiliza el Acogimiento Familiar Especializado de menores de edad
El trabajo dirigido por Santiago Requejo podrá verse en exclusiva en la página web de EL PAÍS hasta el 20 de diciembre
En una secuencia de este cortometraje, un padre que vive con su hija desde que enviudó, le dice a la protagonista con evidente malestar: “¡Pero qué necesidad tienes de meterte en este lío!”. Una frase que resume muy bien la problemática que cuenta ‘24 SIETE’, corto dirigido por Santiago Requejo y candidato a los Premios Goya, que se celebrarán en Valladolid el próximo 10 de febrero. La historia cuenta la decisión de Maite, madre y psicóloga en un instituto de secundaria, de abandonar su trabajo para convertirse en madre de acogida de un adolescente con problemas que vivirá en el seno de su familia con dedicación plena, día y noche todos los días de la semana, de ahí el título del corto. La película podrá verse en exclusiva en la página web de EL PAÍS hasta el 20 de diciembre.
La historia está protagonizada por Manuela Velasco, Ramón Barea, Raúl Fernández de Pablo y el joven Hugo Montilla en el papel de Richi, el hijo acogido. Todo el equipo, tanto el director como los actores, vivieron en primera persona experiencias parecidas a las que cuenta la película, conviviendo con una de estas familias para entender la realidad del acogimiento familiar especializado. “Digamos que la historia que cuenta ‘24 SIETE’ es una realidad ficcionada, hasta los dibujos que aparecen en la película son reales, hechos por niños del programa de acogida”, asegura el director. Detrás de este guion se encuentran muchas historias de personas voluntarias que acogen en su hogar a niños, niñas o adolescentes en situación de desamparo, generalmente de entre 7 y 18 años, modificando de forma importante su vida profesional y personal, si bien reciben una retribución económica por ello. En esto consiste el Acogimiento Familiar Especializado de especial preparación (AFE), una medida de protección a la infancia que se desarrolla en una familia ajena en la que, al menos, uno de sus miembros dispone de cualificación, experiencia y formación específica para desempeñar la función de acogida de forma remunerada. “Quedé impactado por la profesionalidad y la entrega de los padres que acogen en sus casas, junto a sus hijos biológicos, a menores que sufren muchos daños emocionales”, confiesa Requejo.
Este es el caso de Rocío, madre, educadora social y pedagoga, que se unió al programa de acogimiento familiar especializado de Gipuzkoa hace ocho años porque quiso vincular su desarrollo profesional a mejorar la vida de las personas: “Venía de trabajar en un piso de acogida y sentí cierta inquietud por profundizar en la mejora de los problemas de estos menores de edad”. Para ella lo más difícil ha sido gestionar el cuidado de sus hijos biológicos, de seis y tres años que nacieron después, con su hijo de acogida: “fue muy potente gestionar los dos cuidados porque las necesidades son totalmente diferentes”, explica Rocío satisfecha de cómo ha enfocado su profesión gracias a este programa.
A veces, el cariño no basta para que estos menores superen sus miedos y puedan comenzar una nueva vida, por eso los madres o padres de acogida han de ser expertos, normalmente psicólogos o terapeutas, pero también educadores o trabajadores sociales, y han de entregarse al cien por cien en esta tarea. Y aquí radica la singularidad del nuevo programa de acogimiento familiar, creado para la reparación del trauma del menor como explica Josu Gago, psicólogo y director técnico del programa Redes AFE: “Muchos de estos menores llegan con problemas de salud mental y de adaptación o presentan problemas de conducta, y/o discapacidad. Entonces para que el programa sea eficaz las familias que participan han de tener una preparación especial y con experiencia”. Otra de las características del programa es la presencia de la familia de origen en todo el proceso. “La idea no es reemplazar a la familia biológica, se trata de ayudar a la integración y a la mejora de la relación con el menor” afirma Gago que compara a la familia “con un barco que se hunde y lo que intenta este programa es, primero, salvar al menor y luego, ver si el barco se puede reparar”.
“24 SIETE”, premiado en el Festival de Cine de Sax y en el Festival de Cortometrajes K-Lidoscopi, es un proyecto producido por 02:59 Films y Redes AFE, un programa de protección a la infancia y adolescencia financiado con fondos Next-Generation que se está desarrollando como ‘piloto’ en cuatro comunidades autónomas: la Comunidad de Madrid, Cataluña, Navarra y País Vasco. Este modelo tiene su base en el trabajo realizado por la Diputación de Gipuzkoa desde 2007, que ya ha demostrado su eficacia. Más de 49.000 niños, niñas y adolescentes se encuentran en situación de desamparo en España. De ellos, más de 17.000 están en acogimiento residencial, un número bajo que demuestra que los menores de edad que conviven en los centros de acogida todavía son muchos. “Los centros desempeñan una labor fundamental en estas situaciones pero allí es más difícil trabajar el trauma porque la atención no es tan personalizada como en el acogimiento familiar especializado,” asegura Gago, director del programa.