La Palma: vidas marcadas por el volcán
EL PAÍS vuelve un año después a recorrer las vidas y los lugares que la erupción de La Palma cambió para siempre
Este viaje audiovisual arranca en el parque natural de Cumbre Vieja, el lugar donde el volcán rugió por primera vez el 19 de septiembre, y sigue por los pueblos donde la destrucción de la lava y la ceniza obligaron a sus gentes a reinventarse, como Tazacorte, Tajuya o Todoque. 85 días que cambiaron la vida de los ciudadanos de La Palma, en un sentido u otro. Stavros Meliditis, vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional, fue el primero en llegar a la Palma cuando días antes de la erupción comenzaron llamativos movimientos sísmicos. Durante casi tres meses meses, Stavros dedicó su vida en exclusiva al volcán, a su trabajo como científico y a ayudar a los vecinos afectados de la isla. “Un año después, con los mismos datos en la mano, hubiera tomado las mismas decisiones”, asegura el investigador.
La erupción ha dibujado un mapa nuevo en la isla y muchos de los afectados han tenido que adaptarse a él. Es el caso de los vecinos de Tajuya, Tacande o Todoque. “Este año ha sido un año de duelo donde pasas por diferentes estados, como la angustia o la desolación”, explican Eugenia y Gorety. La primera, evacuada de Puerto Naos, no sabe cuando volverá a su casa por la emanación letal de los gases. Gorety que perdió su casa bajo la lava en Todoque, pide más rapidez a las ayudas económicas para empezar una nueva vida. Una año complicado también para la agricultura. El volcán se llevó por delante 370,07 hectáreas de cultivos, la mayoría de ellas plataneras. Yulian Lorenzo, recogedor de plátanos desde los 17 años, relata en el vídeo que acompaña a esta pieza su vivencia cuando la ceniza y la lava llegó a las plantaciones.
La resiliencia de los habitantes de la isla y el nuevo mapa que ha dibujado la colada como escenarios de este recorrido audiovisual un año después.