El testimonio de Aschraf, el joven que llegó a Ceuta en un flotador de botellas
Con 16 años, fue abandonado al nacer, la mujer que lo adoptó murió hace cinco años y fue recogido por una viuda de un barrio mísero de Casablanca
Aschraf suplicaba en las aguas de Ceuta el miércoles 19 de mayo: “¡Traten de entendernos!”. Pedía comprensión a los militares españoles mientras braceaba y lloraba, amarrado a unas botellas de plástico que le servían de flotador. No se atrevía a pisar tierra porque creía que el soldado, que le hablaba en su idioma desde la orilla, le iba a pegar. Finalmente, este joven de 16 años, salió del agua, intentó huir escalando un muro, pero fue atrapado. Y, tras ser consolado por los propios soldados, fue devuelto a Marruecos ese mismo día. Justo dos días antes acababan de entrar a Ceuta 8.000 emigrantes irregulares sin encontrar ninguna oposición por parte de las autoridades marroquíes. De ellos, entre 2.000 y 3.000 son menores. En el vídeo que acompaña a esta noticia, cuenta su testimonio a EL PAÍS.
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