La eterna espera de la Cañada Real: “Siempre nos encontramos con la pared de la Administración”
Los vecinos del sector 2 del mayor asentamiento irregular de España repasan casi medio siglo de reivindicaciones
Gregorio Montes recuerda perfectamente el día que llegó a la Cañada Real, allá por 1978: “Pusimos una valla de alambre, porque no sabes si es de alguien o no, y a los días, si no te lo han quitado, pues ya te quedas”. 43 años después, camina por las mismas calles que entonces pisó siendo un joven trabajador recién llegado de Andalucía, pero con incertidumbres que poco han cambiado. Montes forma parte de la asociación de vecinos Cañada Real de Merinas, ubicado en el sector 2, dentro del término municipal de Madrid, que se originó en los años 80 para pedir la legalización de la situación de Cañada, el mayor asentamiento irregular de Europa. “Sobre todo en los sectores 2 y 3″, matiza Vanessa Valenzuela, presidenta de la asociación, “y los servicios básicos de luz, agua, asfalto...”. El suministro de agua ya lo tienen desde 2019, la luz la mantienen con instalaciones precarias de hace más de dos décadas. “Queremos que nos pongan los contadores”, pide otro vecino, Avelino Otero, que vive a pocos metros del local de la asociación.
Tras años de laberintos burocrático y futuro incierto para el asentamiento, en mayo de 2017, todos los grupos políticos presentes en la Asamblea de Madrid y en los Ayuntamientos de Coslada, Madrid y Rivas firmaron un pacto para intentar buscar una solución. “Puede haber buena voluntad, pero siempre nos encontramos con la pared de la administración”, critica Valenzuela, a lo que Otero apostilla: “Parece que esperan a la víspera de las votaciones; vienen, ofrecen algo, pasan las votaciones y se acabó todo”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.