Los latinos festejan este 4 de julio entre la desesperanza y el patriotismo

Este jueves el patriotismo se apodera de las calles de Estados Unidos. Los habitantes de la llamada “primera potencia mundial” aprovechan el feriado del 4 de julio para reunirse en sus casas y espacios públicos para conmemorar los valores de libertad e igualdad que edificaron al también nombrado “país de las oportunidades”. Sin embargo, hoy, cuando los latinos son la principal minoría del país, con más de 62 millones de habitantes, no todos están invitados a la fiesta. Para ellos, el patriotismo se queda corto y la prosperidad sigue sin llegar del todo. Asuntos como la economía, el empleo, el acceso a la vivienda y las políticas migratorias del país hacen que la comunidad latina festeje este 4 de julio entre el sentido de pertenencia y la frustración de un “sueño americano” que ha devenido en pesadilla.

Desde el punto de vista económico, los latinos tienen poco que celebrar. Si bien los hispanos representan alrededor del 18% de la fuerza laboral, los empleos inestables y mal pagados siguen siendo una constante. Un informe del Consejo Laboral para el Avance del Trabajador Latinoamericano (LCLAA) reveló que un 17% vive debajo de la línea de pobreza y 19.2% tienen “salarios de hambre” en diferentes industrias. La situación se complica con los cálculos actuales sobre cuánto debería ganar un trabajador en Estados Unidos para alcanzar la tranquilidad financiera. Una reciente encuesta de Bankrate apunta que la cantidad arriba a los 186.000 dólares anuales, pero cifras del último censo confirman que el ingreso promedio anual de los latinos es de 57.981 dólares. Esta es la razón por la que al 52% de los latinos les preocupa pagar el alquiler o la hipoteca de la vivienda, un rubro que se ha visto impactado por la inflación en los últimos meses.

Por otro lado, el tema de la inmigración ha dejado a la comunidad hispana dividida en pleno año electoral. Un vídeo de la cadena Telemundo recopila testimonios de latinos que celebran el 4 de julio como un estadounidense más. Un inmigrante boliviano dice a cámara que los Estados Unidos le regaló la vida que nunca soñó tener en su país natal, y otro asegura que en el Día de la Independencia no hay distingos entre blancos, afroamericanos o latinos: “Hoy todos somos americanos”, dice. Sin embargo, amplios sectores de la comunidad hispana se muestran a favor de la deportación masiva de inmigrantes sin papeles que también llegaron al país buscando mejores oportunidades. Una nueva encuesta de CBS News y YouGov desvela que el 53% de los latinos consultados se muestra a favor de esta acción ampliamente prometida por el candidato republicano Donald Trump, quien habla de la expulsión de hasta 11 millones de personas.

La paradoja es que las cifras oficiales apuntan que estos inmigrantes indocumentados pagan alrededor de 35.000 millones de dólares en impuestos federales y estatales sin tener acceso a un seguro médico como Medicare o créditos fiscales.

Mientras, las últimas medidas migratorias de la Casa Blanca incluyen el cierre de la frontera sur de Estados Unidos y la restricción casi total del asilo. En consecuencia, se han disparado las deportaciones y los vuelos de repatriación (van 750.000 este año según datos oficiales, pero se desconocen cuántas expulsiones se han producido desde la entrada en vigor del decreto presidencial). Ante esta realidad y con la inmigración en el medio del debate electoral, la prometida legalización de millones de migrantes indocumentados que llevan años viviendo en el país se aleja cada vez más, convirtiéndose en un sueño roto para muchos.

Algunos motivos para celebrar

Tras anunciar sus restricciones en la frontera, la Administración Biden retomó parcialmente su promesa electoral (ampliamente boicoteada por los republicanos en el Congreso) y hace unos días anunció una orden ejecutiva que permitirá regularizar la situación de migrantes irregulares casados con ciudadanos estadounidenses desde hace más de 10 años, el mayor giro del sistema migratorio en más de una década. Cerca de medio millón de personas podrían beneficiarse con la nueva norma, que se espera que entren en vigor a finales del verano. También 560.000 dreamers de DACA podrán tramitar un visado de trabajo con mayor rapidez con la medida.

Asimismo, Estados Unidos sigue siendo la tierra de acogida de miles de desplazados y víctimas de la persecución política en América Latina. Durante el año fiscal 2023, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) entrevistó a más de 100.000 solicitantes de refugio y aprobó 60.000 de dichas solicitudes. También extendió los permisos humanitarios de permanencia temporal (parole) para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos; y avanzó con los permisos de reunificación familiar para inmigrantes de Colombia, El Salvador, Guatemala y Honduras. Este grupo, al igual que el anterior, tiene motivos de sobra para celebrar a la tierra del Tío Sam este 4 de julio.