A la eutanasia por las series
‘True Love’ va de morir entre amigos. De no dejarse vencer por la agonía, el ensañamiento de los médicos y la mojigatería de los religiosos que prefieren prolongar el dolor


Mucho antes de que HBO diese permiso a los esnobs para ver series, cuando la tele era una caja tonta y los aparatos no eran smart, la fuerza de sus ficciones para cambiar el mundo era arrolladora. La televisión solo ha sido banal para los ciegos que no se enteran de nada. Los cinco episodios de Holocausto, con James Woods y Meryl Streep, hicieron más por la memoria de la catástrofe nazi y la conciencia de la culpa alemana que todas las bibliotecas, las novelas, las autobiografías de supervivientes, los cursos universitarios y los museos del mundo juntos. Su emisión en 1978 en la televisión alemana sacudió a los espectadores como si un puño de hierro saliese de las pantallas. No hay otra expresión cultural capaz de llegar tan lejos y tan hondo (hondo en el sentido de definitivo y duradero; las reflexiones televisivas son de corto recorrido intelectual, pero de altísima carga emocional).
Por eso, cuando la tele hace daño, hace mucho daño, pero cuando hace bien, hace mucho bien.
Incluso en estos tiempos de audiencias fragmentarias y pantallas móviles, una buena serie puede cambiar la opinión de una sociedad. Como poco, puede desequilibrar la balanza de un debate bronco. Incluso series que no arrastran audiencias millonarias superan la eficacia del más pertinaz de los activistas.
Es el caso —corrijo: deseo que sea el caso, me encantaría que lo fuese, y no me cabe duda de que puede serlo— de True Love, una serie británica que Channel 4 emitió en enero y que los españoles podemos ver ahora en Filmin. Va sobre la muerte, ese tabú que se ha ido abriendo camino en la cultura popular. Hace unos años apenas estaba, se lo trataba con eufemismos y tópicos. Hoy la muerte y la vejez se imponen como temas fundamentales de una Europa que envejece y muere.
True Love va de morir entre amigos. De no dejarse vencer por la agonía, el ensañamiento de los médicos y la mojigatería de los religiosos que prefieren prolongar el dolor hasta que dios quiera antes que compadecerse del doliente. Y lo cuenta tan bien, con una escritura tan redonda, unos personajes tan bien plantados y una crudeza tan poética, que hay que ser muy fanático para no convertirse en un activista de la muerte digna al terminar de verla. Yo ya era ese activista: a mí no me ha tenido que convencer de nada, pero estoy seguro de que levantará las astillas de más de una duda en muchos corazones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
La jueza de la dana rechaza de plano citar a Rufián por mostrar en el Congreso un trozo de cuerda de una niña ahogada
Moreno defiende el “compromiso ético” de los periodistas frente a los pseudomedios
Hacienda requerirá a Salinas Pliego el pago de 51.000 millones de pesos en enero
Ucrania ataca por primera vez a un petrolero de la flota fantasma rusa en el Mediterráneo
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”






























































